Los volúmenes estructurales de la trilogía se han articulado como un proyecto orgánico dividido en tres exposiciones independientes, pero interconectadas, que se han presentado gradualmente en los espacios de la galería. La primera exposición, organizada en febrero de 2016, se centró en el papel central del individuo en la construcción del espacio percibido, a través de instalaciones ambientales de Carlo Bernardini, Monika Grzymala, Roberto Pugliese y Esther Stocker. La segunda exposición, abierta en noviembre de 2016, analiza las diversas posibilidades del material como un elemento de representación a través de la obra de Davide Dormino, Diamante Faraldo, Andrea Nacciarriti, Marzia Corinne Rossi y Eneas Wilder. En esta ocasión se presenta espectáculos que cierra la trilogía en la que las instalaciones site-specific de Daniel Canogar, Baptiste Debombourg, Levi van Veluw y Zimoun se preguntan acerca de los procesos entrópicos entorno diario.
La entropía se designa generalmente como la tendencia inherente de un...sistema para perder irreversiblemente parte de la orden o su calidad, mientras que en la teoría de la información se asocia con lo que es un impedimento para la claridad y la singularidad de un mensaje en particular. Una tendencia a la irregularidad, a un aparente desorden en el que tal vez se concibe un equilibrio oculto, aunque complejo y difícil de entender, que puede proporcionar una guía sobre la realidad cotidiana. En este proceso caótico, el individuo a menudo se pierde y trata de resistir cualquier cosa que escape de su control mediante la creación de etiquetas, clasificaciones o categorización para tratar de contrarrestar y tener un sistema de control rígido que puede, de alguna manera , para garantizar una serenidad y una estabilidad física y psicológica.
La última parte de la trilogía es desarrollado por cuatro artistas invitados como un análisis de los procesos entrópicos que dominan nuestra vida cotidiana y los posibles intentos de establecer un orden, el desarrollo de una taxonomía de los componentes de la realidad para sugerir una posibilidad de orden estable o, en última instancia, ignorar conscientemente esta intención. A partir de los fenómenos naturales y atmosféricos a los estados emocionales y psicológicos, a partir de procesos históricos sobre el simbolismo de ciertas formas de estudios sobre los ritmos mecánicos y funcionales, la exposición se articula como un momento de la verificación para medir el grado de este trastorno, las posibilidades de encontrar un equilibrio y la aceptación, a través de la observación empírica, del hecho de que las configuraciones "desordenadas" son más probables. Una serie de obras, por último, que se preguntan, en marcado contraste maneras, las posibilidades de construir una narración estable y sólida, pero, al mismo tiempo que nos piden hasta qué punto debemos continuar esa búsqueda en lugar de dejar ir de la falibilidad inexorable nuestra seguridad.
Entrada actualizada el el 07 sep de 2017
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