Descripción de la Exposición
Carlos Franco (Madrid, 1951) es uno de los artistas contemporáneos más destacados de la escena actual, cuya obra se caracteriza por la exploración constante de la figura humana, los mitos y las tradiciones de la cultura occidental. Su trayectoria artística abarca pintura, escultura, y grabado, pero es en la pintura donde ha dejado una huella profunda, fusionando la tradición y la innovación, la figuración y la abstracción.
Desde su infancia, la tauromaquia ha sido una constante en la vida de Carlos Franco. Creció en una familia de gran tradición taurina, donde su padre, un ferviente aficionado, le inculcó la pasión por este ritual cultural. Sin embargo, para Carlos Franco, el arte de la tauromaquia trasciende la mera contemplación de la corrida; se convierte en un fenómeno estético y filosófico que lo conecta con los grandes mitos de la humanidad. Un referente personal para el artista ha sido Curro Romero, figura legendaria del toreo, cuya elegancia y gracia en la plaza le inspiraron una profunda admiración.
El movimiento de los toreros, la danza del capote, evoca en él una comparación con el gesto del pintor al manejar el pincel sobre el lienzo, ambos, como en un rito sagrado, desatan la emoción y el movimiento.
La exposición "Tauromía" reúne una selección de obras de Carlos Franco en las que la tauromaquia no es solo un tema central, sino una reflexión profunda sobre la cultura, la estética y el drama humano. La relación de Carlos Franco con el toro y el toreo es tan antigua como su propia obra, pero en esta muestra, nos invita a sumergirnos en un nuevo análisis visual, con un enfoque renovado y contemporáneo. La tauromaquia, que ha sido abordada por artistas como Francisco de Goya, Pablo Picasso, José Gutiérrez Solana, Miquel Barceló, y el poeta Federico García Lorca, entre otros, encuentra en las pinturas de Franco un espacio para su transformación y reinterpretación.
Al igual que Goya, cuyo "La Tauromaquia" fue un testimonio de la dualidad entre belleza y violencia, Carlos Franco no evade la dimensión más cruda del toreo, pero a su vez la eleva a un plano estético en el que el arte y la emoción se entrelazan. En sus obras, como en las de Picasso, la geometría del movimiento del torero se convierte en una coreografía, una danza donde el color y la forma tienen la misma importancia que el gesto. A través de una paleta vibrante y una pincelada gestual, el pintor traslada al espectador al corazón de la plaza, pero también al espacio interno del creador, donde la violencia de la lucha se convierte en una metáfora del arte mismo.
En 2022, Carlos Franco recibió el encargo de crear el cartel para la Corrida Goyesca de Ronda, una de las citas más emblemáticas del calendario taurino español. Si bien la tauromaquia ha sido un tema presente en su obra desde sus inicios, este encargo le permitió conectar aún más con la esencia estética del toreo, fusionando las tradiciones del pasado con una visión personal y contemporánea del arte taurino.
En estas pinturas, el espacio de la plaza se diluye y se convierte en un espacio mental, emocional y simbólico. El gesto del torero con el capote se transforma en una expresión de dominio y libertad, a la par que refleja la capacidad del artista para modelar el caos y la violencia a través de la creación. El toro, por su parte, se convierte en un mito moderno, un arquetipo de la resistencia, la pasión y la furia incontrolable, mientras que la figura del torero refleja el equilibrio entre la razón y la irracionalidad, el arte y la destrucción.