Este joven artista muestra por primera vez en Toledo su obra, tras exponer en Barcelona, Jaén o Alicante, García Ramírez presenta sus cuadros dedicados a la tauromaquia, una mezcla muy vanguardista entre realidad y ficción.

El pintor de Barcelona comenzó a dibujar cuando era un chiquillo. Durante sus viajes familiares en coche por las carreteras de la provincia de Jaén y Albacete, descubrió los paisajes y pasiones que le llevarían irrevocablemente al oficio honesto de la pintura.

Olivos, ruinas, aceituneros y sobre todo, toros. Animales milenarios y mitológicos que la imaginación de José García Ramírez ha hecho vivir en los lugares más insospechados, desde parajes desérticos murcianos a mares infinitos en el Cap de Creus. Toros mansos de piedra, toros bravos de salitre y siempre toros solos con un trazo firme, pues su ... pintura es el equilibrio entre la realidad y el bravío abstracto del sueño, un oficio el suyo que media entre lo onírico y la certeza de la muerte. Pero durante estas semanas en Toledo, José García Ramírez afina aún más su temple pictórico.

Esta exposición, 'Tauromaquia Desfragmentada', en el Centro Cultural del Palacio de Benacazón, moderniza el icono artístico de la tauromaquia. Por primera vez en sus cuadros aparecen juntos el matador y el toro. Un toro que se desfragmenta y se funde con el espacio y un torero que pierde su muleta, hecha añicos de rojos, ocres o negros. Una imagen muy nueva de la tauromaquia o tal vez la voluntad del siglo XXI de reivindicar la tradición que echó a andar en España en el siglo XII y que hoy adquiere cuerpo en José Tomás y Jorge Ibáñez, protagonistas de esta nueva exposición pictórica de Toro Tribal, nombre por el que también es conocido el joven artista.

Decía Ramón Grande del Brío que 'los pueblos mediterráneos veneraban al toro, como veneraban también a diversas fuerzas naturales' y no es extraño que la tauromaquia impresionara a grandes pintores como Goya o Picasso. Hoy, de nuevo, la tauromaquia sigue vigente en el recuerdo de sus ancestros y se hace arte en manos de un pintor al natural, José García Ramírez.