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Superflat

Exposición / Gacma / Parque Empresarial Santa Bárbara - Fidias, 48-50 / Málaga, España
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Cuándo:
15 jun de 2007 - 15 ago de 2007

Organizada por:
Gacma

Artistas participantes:
Takashi Murakami

       


Descripción de la Exposición

El escritor William Gibson escribió en una ocasión que la razón por la que elige Japón como marco para muchas de sus historias de ciencia ficción es que "Japón es el escenario para el futuro que elige la imaginación colectiva".

Si existe un artista que ilustre de forma inmejorable la noción de Gibson sobre este pueblo a la vanguardia del mundo, ése es Takashi Murakami. Gracias a su obra y a un enfoque estratégico sin precedentes de sus métodos de producción, marketing y distribución, Murakami se ha convertido en un fenómeno popular y artístico. Formalmente, su trabajo se inspira en influencias locales, entre las que se incluyen la pintura tradicional japonesa, los manga y los animes (dibujos animados japoneses), así como las películas occidentales, entre ellas las procedentes de Hollywood, los dibujos animados de Disney y el arte Pop de Andy Warhol. Pero Murakami también ha analizado cuidadosamente el entorno cultural más amplio que rodea a estos fenómenos, y sirviéndose de un concepto exacto de la sociedad contemporánea japonesa y de su relación con Occidente, y en particular con los Estados Unidos, ha creado y presentado un tipo de arte que se encuentra tan cómodo en el marco consagrado de los grandes espacios de arte internacionales como en los ambientes populistas de los centros comerciales.

Nacido en Tokio en 1962, la formación artística de Murakami se sitúa en el dominio difícil y preciso de la pintura tradicional japonesa, la cual estudió durante 11 años para acabar especializándose en el campo de la pintura Nihonga. Este tipo de pintura es una forma refinada de acuarela, cuyos temas, casi siempre flores y paisajes, son tan tradicionales como la propia técnica. Al tiempo que desarrollaba sus estudios, Murakami continuaba alimentando su pasión por el manga y el anime, las historietas y los dibujos animados de su país de origen. Uno podría suponer, al observar por primera vez las imágenes de Murakami, que su interés en estos medios de expresión modernos ha sustituido por completo a su instrucción en las formas consagradas del arte japonés. Pero una mirada más atenta revela que dichas formas tienen una presencia permanente.

Tan Tan Bo 2003 presenta muchas de las características centrales del arte de Murakami: su vertiginosa paleta de colores de pastelería, la limpieza de las líneas pulidas con software, los diseños logrados mediante la repetición de motivos por toda la superficie de la obra, aunque incluso así su espacio plano, complejo y completamente carente de perspectiva recuerda al arte japonés en toda la extensión de su historia. El fino detalle de sus obras y el uso frecuente de superficies brillantes, como papel de plata en algunas de sus obras gráficas, también recuerdan el uso de pan de oro en el arte japonés por parte de la celebrada Escuela Kano, cuyo trabajo se desarrolló durante trescientos años a partir del siglo XV. La asimilación de Murakami de esta variedad de elementos pertenecientes a toda la historia del arte visual japonés y la planitud pictórica literal de los trabajos, son factores esenciales de su teoría Superflat.

Muchos de los elementos iconográficos clave de la obra de Murakami están presentes en Tan Tan Bo. El principal es Mr. DOB, de cabeza similar a la de Mickey Mouse, el más famoso de la serie central de personajes de Murakami. Las letras D y B se encuentran contenidas en las orejas de Mr. DOB y el círculo de su cara forma la O entre ellas para completar su nombre. Estos son los elementos fundamentales que lo identifican a pesar de la desconcertante gama de formas en que aparece en su obra. En algunas obras es la personificación de lo mono, o como los japoneses lo llaman kawaii, cuya apoteosis es la marca comercial Hello Kitty. En otras, como Tan Tan Bo, Mr. DOB parece casi ahogado en mitad de un arco iris alucinógeno de colores, hipnotizado con la mente en blanco en este campo de ojos multicolores e imágenes amorfas flotantes. La negra y amplia sonrisa se hace cada vez más siniestra a medida que la vemos repetirse.

Esta dualidad es el núcleo de la obra de Murakami. En la serie AND THEN de 2006, de sencillos retratos de Mr. DOB, su cabeza inclinada en ángulo sugiriendo una timidez o vergüenza kawaii está claramente impresa desde la misma piedra litográfica. Sin embargo Murakami manipula los colores en las diferentes versiones para crear efectos profundamente distintos. AND THEN Ichimatsu Pattern, predominantemente blanco y crema con delicados matices pasteles en la representación de los ojos, tiene el sentimiento más estereotipadamente kawaii. Aunque las versiones negra y de arco iris, con las órbitas de los ojos en negro, inevitablemente recuerdan a calaveras.

Si bien las técnicas reales son bastante diferentes, la impresión de la misma imagen en versiones de diferentes colores recuerda de forma inevitable la obra de Andy Warhol, y en este caso especialmente los trabajos que representan a Mickey Mouse, uno de tantos iconos populares que se ha trasladado desde la cultura popular a la galería de arte. El gran artista pop también se halla presente en los motivos de camuflaje que pueden encontrarse repetidamente en los trabajos de Murakami, como la ambientación de AND THEN Rainbow. Hace algunos años, Murakami seleccionó una de las pinturas de Camouflage de Warhol para la exposición de obras favoritas del artista en la galería Marianne Boesky de Nueva York. Murakami comentó inmediatamente después que había elegido esa obra porque representaba la culminación del Pop, porque eliminaba completamente la narración y la emoción, es decir, los elementos convencionales en la historia de la pintura. Como alguien que siempre estaba buscando aquello que hubiera más allá del Pop, sentía que una obra como esa, que estaba en la cúspide del arte, representaba para él una suerte de punto de partida.

Warhol se hizo famoso por su uso de técnicas de serigrafía de modo que sus pinturas podían producirse a un ritmo sin precedentes y a manos de otra persona que no fuera el propio artista. Este enfoque provocador se materializó en lo que él denominó The Factory, un estudio de puertas abiertas y un avispero de creatividad, así como de decadencia. Kaikai Kiki, la empresa que Murakami estableció en 2001 cuando comenzó a aumentar la demanda de sus obras, se parece mucho más a una fábrica de lo que nunca se asemejó el extraordinario estudio de Warhol, ya que da empleo en sus tres sedes (dos en las cercanías de Tokio, una en Nueva York) a más de cien personas, cada una con responsabilidades independientes en lo que respecta a la creación de obras de arte, animación y comercialización, posterior distribución, exhibición y promoción, así como en el apoyo a nuevos talentos artísticos. Su página de Internet es muy similar a la de una empresa, con las diversas actividades comerciales descritas en claros términos económicos: "Kaikai Kiki es la primera empresa japonesa que mira al futuro para desarrollar y promover obras de arte contemporáneo modernas."

Al igual que Warhol, Murakami siempre da comienzo a sus obras, al ocuparse de los primeros bocetos para después escanearlos y desarrollarlos mediante software. Sin embargo el detalle minucioso y el laborioso proceso de pintar los trabajos y de realizar las esculturas se los confía a otros empleados de la empresa. Antes de que las obras salgan del estudio, siempre las firma Murakami en persona.

La importancia de Warhol para Murakami reside en que, tanto en el nivel formal como en el moral, le mostró a Murakami un amplio abanico de posibilidades: "Warhol estableció las bases de un mundo artístico donde los artistas como Yoshitomo Nara y yo, armados con la cultura contemporánea japonesa, o incluso aquellos que están en el centro de ese mundo, como Jeff Koons y Damien Hirst, pueden libremente ascender, y subir y bajar sin restricciones la escala social. He denominado a esta característica única el "Superflat", como eslogan de una teoría que espero suceda al Pop".

El Superflat es el paraguas bajo el cual se pueden agrupar todas las actividades de Murakami. Para comprender la teoría en profundidad, es esencial comprender la idea de Murakami de que en Japón la idea de cultura alta o popular nunca existió de la misma forma que en Occidente. Con esto en mente, Murakami pone a prueba a su público occidental. Sus esculturas en miniatura son un ejemplo claro. Estos grupos de obras recuerdan las figuras de acción fabricadas a raíz de los éxitos de taquilla de Hollywood, juguetes coleccionables que representan a todos los personajes clave de la película. La serie de las películas de Star Wars sacó jugo a este campo con profundidad pasmosa, por lo que no puede sorprendernos que Murakami haya mencionado al director y productor de estas cintas, George Lucas, como una de sus más importantes influencias.

La colección de miniaturas de Murakami, de las cuales ya lleva fabricadas varias series, son recopilaciones de sus principales personajes. Los dos niños pequeños que le dieron a la empresa de Murakami su nombre, el ultra kawaii Kai Kai, y Kiki de tres ojos y dientes de perro, se erigen como una de las flores sonrientes de la marca comercial de Murakami. Hyakume ("cien ojos"), oval y basado en parte en un personaje manga, pero que también recuerda a Buda, pertenece a los hongos estilizados de Murakami. Y, al igual que en las serigrafías, Mr. DOB aparece en una variedad de aspectos, desde angelical a demoníaco. Además existen también recreaciones de miniaturas de dos de las primeras esculturas de Murakami, Miss Ko2 e Hiropon. Esta última es una controvertida escultura que Murakami realizó en 1997 donde representa a una mujer desnuda, con los estereotípicos ojos enormes y la sonrisa de un personaje manga o anime que lanza por sus pechos un torrente de leche que corre detrás de ella para formar una soga para saltar. Muy inteligentemente Murakami ha llamado a estas colecciones de figuras "museos". Al presentar estos primeros trabajos junto a los personajes que ha desarrollado en los últimos años, ha creado una retrospectiva en forma de figuras en acción, el ejemplo central de la fusión Superflat de la cultura alta y popular.

Por supuesto, admiradores de todo el mundo coleccionan de forma fanática las figuras de acción y con especial voracidad en Japón. Los fanáticos obsesivos, particularmente aquéllos que lo son de manga y anime, se conocen como otaku, un término único e inicialmente peyorativo cuya traducción general es sabelotodo ("nerd"). El Otaku representa una enorme subcultura juvenil en Japón, de seres marginales por un lado, al tiempo que un club exclusivo por otro. En un sentido la imaginería de Murakami es una mezcla sofisticada de las diversas pasiones otaku, distópicas e infantiles al mismo tiempo. En Little Boy, la exposición que organizó para la Sociedad Japonesa de Nueva York en 2005, presentó su propio trabajo y el de otros nueve artistas japoneses contemporáneos que trabajan con la problemática otaku, junto con algunas imágenes manga, kawaii y anime icónicas, así como objetos del período de la posguerra. Murakami propugna que en la cultura otaku existe un reconocimiento filtrado de los sucesos catastróficos que rodearon a las bombas atómicas que devastaron Hiroshima y Nagasaki, y el posterior sometimiento de Japón bajo la ocupación norteamericana. El título de la exposición provenía del nombre perversamente dado a la bomba que cayó en Hiroshima, pero también alude astutamente a los efectos infantilizadores de la presencia norteamericana.

Murakami está de acuerdo con la noción de Gibson del japonés que vive en un futuro imaginado, distante del resto del mundo y sus reflexiones sobre esta cuestión explican la oscuridad subyacente en toda su obra: "Creo que la expresión vital japonesa ha creado un futuro que tendría lugar finalmente en un mundo completamente invadido por el capitalismo norteamericano. A partir de mi fórmula para la supervivencia que es intentar vivir sin religión, sin patriotismo y sin identidad, busco ideas sobre cómo plasmar en mi obra la desesperación de la sociedad humana".

De modo que, si bien el proyecto de Murakami se denomina Superflat, se trata de una reflexión fascinante y ricamente multidimensional sobre las tensiones en los intercambios culturales entre Japón y Norteamérica. Como comenta el teórico Hiroki Azuma: "La cultura otaku es el resultado de la japonización de la cultura pop norteamericana. Sin embargo, Murakami aquí tiene la intención de retrotraerla a sus orígenes, o sea, reamericanizar la cultura otaku, reamericanizar la cultura norteamericana japonizada. Superflat no es un sucesor auténtico del "Pop" sino su hijo ilegítimo y falso, mezclado e híbrido."


Imágenes de la Exposición

Entrada actualizada el el 26 may de 2016

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