Descripción de la Exposición
En la encrucijada entre la tradición escultórica y la innovación tecnológica, la obra de Joaquín Restrepo (1984) se erige como un estudio meticuloso de la forma humana, al tiempo que se entrelaza con las técnicas industriales y los procesos metalúrgico-escultóricos que han definido la evolución del arte en el último siglo. Restrepo, heredero de la rica tradición escultórica colombiana, rinde homenaje a sus predecesores a través de una fascinación compartida por la materia y su transformación. Sin embargo, su trabajo trasciende los límites convencionales de esta herencia, incorporando las posibilidades que ofrece el mundo virtual para crear un lenguaje artístico verdaderamente único.
“Summa Omnium” o "la suma de todos" es la más reciente exposición en su ciudad natal, Medellín, la cual encapsula la esencia de su trayectoria artística y su continua exploración sobre la condición humana en la era tecnológica. Esta muestra, de carácter monumental, se despliega en tres instalaciones escultóricas estratégicamente ubicadas: dos en el Palacio de la Cultura —una que se apodera del patio interno y otra que dialoga con la sala de conciertos y espacios expositivos del primer piso—, y una pieza de gran escala que se erige como arte público e interviene el paisaje urbano de la emblemática Plaza Botero. Esta disposición espacial refleja una cuidadosa consideración del diálogo entre la obra y su entorno, un aspecto fundamental en la práctica del artista.
Para entender su cuerpo de obra, es necesario conocer su proceso, el cual se distingue por una profunda veneración al oficio del escultor. Su método de trabajo, caracterizado por una dedicación intensa y una disciplina rigurosa, otorga gran relevancia a las cualidades de sus materiales. Cada "ser escultórico" surge de un proceso minucioso que se inicia en el ámbito digital (una metodología que abarca desde la conceptualización digital, utilizando software de modelado 3D para crear bocetos iniciales, hasta el prototipado mediante impresión 3D para generar modelos a escala) para luego materializarse mediante diversas técnicas como la fundición, la soldadura y el modelado. En este proceso, la exactitud propia de la ingeniería industrial se entrelaza armoniosamente con la expresividad característica de la escultura clásica. Esta metodología cuestiona consecuentemente la percepción tradicional del cuerpo humano y su relación con el espacio circundante.
Conceptualmente, el artista explora la relación entre cuerpo, espacio y subjetividad. Su trabajo es un diálogo continuo con el pensamiento, la literatura y las teorías sobre la corporalidad y la producción material de la sensibilidad humana. Estos "seres" funcionan como una arqueología de la expresión y la interioridad humana. Utilizando materiales como el hierro, el bronce y la resina, se propone una síntesis de lo orgánico y lo artificial, donde se conforma una fusión que no es solo estética sino también conceptual. El metal, con su durabilidad y resistencia, sirve como metáfora de la permanencia del espíritu humano, mientras que la resina, con su maleabilidad y opacidad, alude a la fluidez y adaptabilidad de la conciencia. De forma inherente se cuestionan y analizan las complejas relaciones entre el cuerpo y la psique humanas en contraposición con la tecnología propia de esta decada.
Una de las características más notables de estas esculturas es su cualidad atemporal, un atributo que trasciende las barreras del tiempo y las convenciones artísticas. Los seres escultóricos que habitan tanto el interior del Palacio de la Cultura como la Plaza Botero resuenan con igual intensidad en el pasado y presente del arte. Esta capacidad única crea un puente metafórico entre diferentes épocas, culturas y experiencias humanas, permitiendo que espectadores de distintos periodos pudieran conectarse con la esencia de la obra. En particular, la obra de metal que domina el espacio exterior crea una composición dinámica que no solo ejemplifica la atemporalidad mencionada, sino que también invita a reflexionar sobre la evolución del arte en el espacio público, desde la representación tradicional hasta la abstracción contemporánea. El emplazamiento estratégico de la obra, frente a la arquitectura moderna y rodeada de elementos naturales, crea un microcosmos que encapsula la tensión entre naturaleza, urbanidad y expresión artística.
En conclusión, la obra de Joaquín Restrepo representa un hito significativo que logra sintetizar tradición e innovación, combinada con una profunda reflexión sobre la condición humana en la era digital. "Summa Omnium" no solo sintetiza su trayectoria artística, sino que también plantea interrogantes fundamentales sobre la naturaleza de la identidad, la corporalidad y la tecnología universales en el siglo XXI.
Alberto Ríos de la Rosa, curador
Exposición. 13 dic de 2024 - 04 may de 2025 / CAAC - Centro Andaluz de Arte Contemporáneo / Sevilla, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España