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Cada trazo de su obra evoca la capacidad de sentir y vibrar con lo más profundo del alma reflejada en sus cuadros. Su pintura, sobre madera entelada, nos concilia con un entorno natural que conmina al más íntimo recogimiento personal. Cada rasgo de su trabajo, comprometido, es una enmudecida concesión a nuestros recuerdos y una ensordecedora invitación a confabular con lo desconocido. 

Su pincelada carga el oxígeno que le da vida en la honestidad de cada emoción para describirnos paisajes de una realidad próxima a ... la esencia del ser humano. Contemplar su pintura, es bucear en los finos matices de nuestras más sensibles vivencias, es iniciar un viaje por aquellos grises llamados a proporcionar intensidad a nuestra comunicación con cuanto nos rodea, dando origen al coloreado arcoíris que da forma a nuestras esperanzas.

Artista sutil, con maestría y autenticidad, capta con su pincel lo que esconde el sabor siempre cambiante del aire que respiramos en nuestro privilegiado lugar en el mundo, desde el que un sinfín de sentimientos aflora acorde con aquello que nos envuelve. Con esta colección que recorre rincones y tormentas, rica en finos y contundentes matices, Frieder atrapa el aliento efímero para inmortalizarlo.