La gente es el tema favorito de Stephen. A pesar de que de vez en cuando pinta paisajes, vistas urbanas y bodegones, el retrato cimenta su arte. Pinta a los jóvenes, los ancianos y algunas personas ricas, pero sus favoritos son la gente de clase obrera de Cantabria. Escoge sus temas no por su edad o condición social, sino por la manera en que percibe su interior, su yo oculto.

Stephen rara vez acepta encargos, por lo que su elección de los temas es en su mayor parte una cuestión de selección libre. 'Además,' explica, 'las personas que realmente me interesan por lo general no pueden pagar un encargo. Me dan algo mucho más valioso que dinero: obtener un asiento de primera fila para observar la comedia humana.'

Le complace esta libertad de elegir, en sus propios términos, a quien y lo que pinta. También es una ... fuente de su salvación psíquica. Como él mismo admite con franqueza, 'El momento que me siento delante de un lienzo, me siento feliz. Se abre otro mundo y puedo hacer lo que me gusta.'

Stephen es autodidacta. Su educación artística proviene ante todo de visitar galerías y museos. Bromea afirmando que el Guggenheim 'es la escuela donde aprendí a pintar.'

El arte japonés y africano han abierto sus ojos a planos horizontales y el juego de patrones, y artistas como Whistler, Degas y Sargeant, han influido en su estilo personal. Por encima do todo, Velázquez le ha demostrado 'la profundidad del espíritu humano que un buen retrato puede expresar.'