Descripción de la Exposición
Por primera vez, se reúne en una exposición la totalidad de los autorretratos de Laxeiro conocidos hasta la fecha. Desde los años veinte hasta finales de los años ochenta, un total de dieciocho piezas, realizadas en técnicas diversas que ilustran la evolución del artista y la interpretación de su propia imagen.
EL PROYECTO
Los dieciocho autorretratos que, desde el viernes, 31 de enerro, se mostrarán en la Fundación Laxeiro, componen, en su conjunto, un recorrido excepcional de la evolución plástica del artista, pero también de la evolución del género del retrato a lo largo del siglo pasado, además de suponer una oportunidad única para comprobar de primera mano, as diferentes interpretaciones que el artista hizo de sí mismo, en diferentes técnicas como el lápiz, el carboncillo, la tinta y el óleo, a través de sesenta años de trayectoria.
Comisariada por Carlos L. Bernárdez, el proyecto analiza la evolución de la autorrepresentación y de la representación del rostro humano desde la época de las vanguardias hasta el último tercio del siglo XX. La expresión Soy yo, escrita por el pintor en algunas de las piezas expuestas, sirve de punto de partida para profundizar en esa interpretación del propio rostro y de la identidad subyacente que todo retrato lleva implícita.
El proyecto es producto del trabajo de investigación que la Fundación Laxeiro lleva a cabo desde hace veinte años, cuyo resultado más destacable es la catalogación de cerca de cuatrocientas referencias del autor, lo que facilita enormemente acometer proyectos como este.
El proyecto sirvió también para acercar al público obras que nunca antes se habían expuesto y también obras que se encuentran en colecciones fuera de Galicia.
LA EXPOSICIÓN
Los dieciocho autorretratos son expuestos en un original montaje, dentro de la exposición permanente que durante todo el año exhibe los fondos de la Fundación Laxeiro, formados por sesenta y cinco obras de todas las épocas del artista a las que, recientemente se han sumado cinco piezas en depósito, procedentes de diversas colecciones privadas.
La razón por la que la muestra se monta dentro de la Colección permanente s que esta alberga cinco de las dieciocho piezas que componen el proyecto, lo que llevó al comisario, a proponer esta solución expositiva, provocando así una suerte de juego, por medio del que se invita al público visitante a buscar y encontrar los dieciocho autorretratos que componen la exposición.
Más allá de la originalidad del montaje, es de sobra conocido el especial talento que Laxeiro tenía para el retrato, un género al que recurría cuando quería experimentar formas nuevas de pintar, por lo que la exposición tiene un interés objetivo que, más allá dl sentido lúdico del montaje, ofrece una oportunidad única para apreciar la gran calidad de Laxeiro como dibujante y como pintor, en este caso, en el trabajo del autorretrato.
Una de las líneas de argumentación comisarial, se centra en el camino que este género va recorriendo a lo largo del siglo XX y cómo el problema de la autorrepresentación va cambiando, desde una primera fase testimonial e incluso de aprendizaje, hasta un estadio de conflictividad entre la pintura y su función representativa, acentuado con la falta de fe en el género humano, después de las dos guerras mundiales, una problemática común en el arte de la época que, en Laxeiro, coincide además con su acercamiento a postulados informalistas, a partir del inicio de la década de los años cincuenta.
OBRAS POCO DIFUNDIDAS
La exposición tiene además el interés de acercar a Galicia obras como el Autorretrato de 1948, de la Colección BBVA, una obra que ilustró la primera monografía de Laxeiro, firmada por José Ruibal y editada por Cuadernos de Arte Gallego, en 1951. También se puede contemplar una espléndida acuarela de 1930 que no había vuelto a ser expuesta, desde la Gran Retrospectiva que le dedicó el Centro Galego de Arte Contemporánea de Santiago de Compostela y el Centro Cultural Conde Duque de Madrid, en 1996.
Se recupera también, esta vez en forma de reproducción, porque la obra original está desaparecida, un autorretrato hecho a tinta, de principios de los años treinta, publicado en El Pueblo Gallego en noviembre de 1932, y alguna obra inédita como un lápiz sobre papel realizado en su época de soldado, cuando fue destinado al Frente de Asturias, donde trabó amistad con el poeta Celso Emilio Ferreiro.
El espléndido Autorretrato de 1934-35, realizado en óleo sobre cartón en el período de su estética granítica es otro de los atractivos de la exposición. En él se pueden apreciar todas las características del Movimiento Renovador y también su sintonía con las vanguardias internacionales, en concreto con los movimientos de Retorno al Orden y la Nueva Objetividad.
Estas obras conviven por primera vez con joyas pertenecientes a la Colección permanente, como su Autorretrato sobre cartón de 1934, en el que Laxeiro se pinta casi como un adolescente, o el de 1936, un carboncillo sobre papel, en el que nos mira de lado, evidenciando la indiscutible influencia de Rembrandt. También se puede ver el decisivo Autorretrato de 1952, con el que, ya instalado en Buenos Aires, inaugura su período informalista.
La exposición, en su conjunto, s una inmejorable oportunidad para acercarse a la obra de Laxeiro en un género tan canónico como es el autorretrato y profundizar en las claves que hicieron de él uno de los artistas más destacados de la pintura gallega del siglo XX, cultivando técnicas y lenguajes de una forma transversal, desde una actitud de permanente experimentación.
Exposición. 13 dic de 2024 - 04 may de 2025 / CAAC - Centro Andaluz de Arte Contemporáneo / Sevilla, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España
