La pintura de Julio Rondo es abstracta pero no sin sentido. El motivo aparece en una forma recordada; Rondo no celebra la pintura abstracta como un golpe de genio, sino como la realización estricta, reflexiva y compuesta de la imagen. La memorización es la recuperación de eventos, información y experiencias del pasado; Rondo vuelve a elementos figurativos y momentos condensados. En el trabajo de Julio Rondo, la exploración activa de las huellas de lo que ha estado jugando un papel central. Rondo traduce fracciones de situaciones pasadas en composiciones translúcidas pintadas detrás del vidrio que pueden verse como instantáneas del pasado, represión aleatoria subjetiva o olvido deliberado. Sin representar o reproducir apariencias visuales de forma mimética, las numerosas referencias biográficas y pop-culturales con un significado transitorio de las obras de Julio Rondo reactivan poderosamente los sentimientos, pensamientos e impresiones.