Me gusta definir a Mariajosé Bagazgoitia como una artista sin prisa. Y ésta es una virtud que se mantiene a contracorriente del frenesí de nuestra sociedad, tan exigente con los términos del lema que podría encabezarla: "Todo, Aquí y Ahora". Por eso Mariajosé vive en el campo, en el Boalo, alejada de Madrid disfrutando de su tiempo, de la música aparejada al silencio, al viento, a los pájaros y al crujir de la naturaleza.

Con el tiempo, su pintura ha ido transmutando las formas gestuales, compositivas, en figuras libre-danzantes, acróbatas, corredores o equilibristas que van adaptándose a las circunstancias del espacio y sortean los obstáculos con graciosa agilidad a la manera de un Fred Astaire recorriendo con pasos de baile un largo y alambicado plató de Hollywood. Es la metáfora del superviviente, que evita doblegarse a la presión pero busca adecuarse al hueco que logra abrirse entre la vorágine.

Su larga dedicación ... a la plástica le ha devuelto premios, fieles coleccionistas, y fieros seguidores de su obra. Tanto en grabado y libro objeto como en pintura, tiene en su haber grandes satisfacciones y el reconocimiento de crítica y profesionales que contribuyen a reafirmar su apuesta por un trabajo cuidado y sincero.

Llena de matices, su obra su obra desprende una gran sensibilidad, proporcionada por una mirada al interior de la gente, al interior de sí misma. Expresa múltiples experiencias referidas a la vida y a la plástica, porque su vivir es pintar. Y nos revela los sueños, Cosas invisibles; las vicisitudes: Para pasear la vida, o Vaya momento!, Vaya momento! para que a mí me falten mis pensamientos… Y las sensaciones: Páginas de Arena, Instantes de Piel; los encuentros Alcánzame donde ya no me buscas, Todos los encuentros; los anhelos: Ojalá, Porque tu mirada aún me conmueve. Su querencia a Jávea, a sus recuerdos, al mar y a los buenos momentos de amistad: Calablanca, La Escollera, Ella y el Mar o El Corazón del Mar.

No he podido evitar citar algunos de los títulos de sus pinturas, escogidos con tanto mimo y tanta intención. Ella forma un todo con sus obras. Fabrica en estos lienzos un Refugio interior que comparte con nosotros con veladuras, fluidas líneas y pinceladas superpuestas de color. Todo un lujo.