Descripción de la Exposición Cuando se compromete un pintor con algo tan difícil como ir a contracorriente de lo que quizás sea aconsejable para conseguir el reconocimiento de los que saben pero no pintan, recuperando lenguajes pictóricos que, porque no, pueden ser necesarios para la necesidad de expresión plástica de muchos pintores, a sabiendas que quizás sea mas difícil actualmente seguir ese cauce que apuntarse a lo experimental y lo conceptual, caminos en muchos casos de enorme interés pero que en otros esconde la falta de talento y mucho plagio maquillado. La pintura de paisaje que realiza Sonia Casero tiene tintes claramente posimpresionistas y "fauves", llegando a veces a la síntesis y casi a la abstracción. Seguramente es en esta última postura donde ella se encuentra más a sí misma, cuando con una gran economía de medios consigue componer de manera bellísima un cuadro. En ese momento se puede degustar la pintura de Sonia en toda su esencia, sin adornos, con la magia de transmitir sensaciones estéticas profundas con muy pocos gestos. Esto solo lo consiguen aquellos que reúnen un conjunto de habilidades y virtudes, sobre todo, aquellos que tienen de manera intuitiva el don de crear belleza. Siempre la intuición unida a la razón para llegar a lo sublime. Sublime como la pintura de Sonia Casero, de inspirada armonía, casi musical y llena de ansias de expresar lo inmutable y lo vital. Viendo los trabajos de Christine Rendina, podemos asegurar que estamos ante una obra que bascula entre la fotografía y la pintura, no solo por los efectos plásticos de su acabado sino por sus objetivos y procesos de realización. Estética y equilibrio conceptual entre el orden expresado por las imágenes retratadas, que plasmadas como diseños están recortadas sobre colores aplicados subjetivamente, inspirados por el recuerdo de los ambientes y los sitios. Lugares elegidos no al azar, con la misma intensidad de sentimiento que podría tener un pintor de paisaje, que busca la inspiración de manera obsesiva en lo natural, más o menos tocado por el hombre, para expresarnos lo esencial y lo vital. Por lo tanto podríamos hablar de un cierto "neorromanticismo" e incluso de "orientalismo" en las intenciones de Christine, por su acercamiento a la naturaleza, dando especial importancia a temas sencillos que gracias a su plasmación en la obra consiguen ser mas trascendentes y cobrar un significado mayor, convirtiéndose en iconos de gran potencia visual. Colores que dan a la obra un carácter de espontaneidad, que, como el propio Matisse buscase, convierte lo figurativo en algo diferente, teñido por la subjetividad y el sentimiento, intenciones compartidas por casi todas las vanguardias de corte representativo. A la rotundidad de las imágenes representadas, se une una gran solidez compositiva, que contribuye a la creación de una obra que busca lo esencial, que se encuentra posiblemente en las formas y actitudes más puras y sencillas. Razones sobradas que dan un enorme valor a las realizaciones de la artista Christine Rendina.
Exposición. 26 nov de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España