Aunque leonés de nacimiento, toda la vida de Roberto González del Blanco transcurrió en Santiago de Compostela, en la que compaginó el ejercicio de la medicina con la pintura. Con 21 años fue becado por las diputaciones de León y La Coruña para cursar estudios artísticos en el extranjero, aunque no los llevó a cabo para estudiar Medicina. Su vocación artística no se detiene, viaja por Grecia e Italia por su cuenta ampliando su formación, y obtiene distinciones en la Exposición Hispano Francesa de Zaragoza, 1908, la Nacional de Artes Decorativas de 1911, o la Nacional de Bellas Artes de 1915. En 1927 obtiene la cátedra en Cádiz de Anatomía Pictórica, y es nombrado miembro numerario de la Real Academia de Bellas Artes. Fue director de la Escuela de Artes y Oficios de Compostela, y profesor de dibujo en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en Madrid.

Adscrito al ... realismo costumbrista, folclórico, su pintura, basada en un firme dibujo y un buen oficio, sigue modos de Sotomayor y Benedito, es honrada y cabal, no da concesiones a la imaginación y tiene valor de testimonio. Sus escenas de ferias o de la vida en el campo, constituyen en verdad una honda galería de retratos -género que también cultivó- de elegancia natural y evidente emoción y ternura, muy vinculados a la vida del rural gallego.