Descripción de la Exposición Antón Lamazares (Maceira, Lalín, Pontevedra – 1954) es una de las figuras indiscutibles del panorama pictórico nacional. Su formación se realiza fuera de los parámetros académicos, siendo becado entre los años 1976-78 por la Diputación de Pontevedra y el Ayuntamiento de Lalín y, posteriormente, en 1980 y 1981, por el Ministerio de Cultura. Realiza su primera exposición individual en 1976 en Santiago de Compostela, para convertirse en la década de los ’80 en una figura destacada del grupo Atlántica, participando en sus principales exposiciones. En sus obras utilizaba gran variedad de soportes: cajas de madera, cartón, materiales de deshecho que recicla, etc, en general materiales humildes que le acercan al oficio de artesano. Sus propuestas pictóricas iniciales se inscriben dentro de la orbita del expresionismo y la figuración como lenguaje para comunicarse creando así un nuevo arte comprometido. Con el paso de los años sus piezas adquieren formas de gran tamaño y se acercan al art brut. En las creaciones de los ’90 las figuras se realizan a menor escala, hasta convertirse en puntos sobre las superficies, realizadas estas por medio de lacas y barnices. Lamazares suprime con ello toda referencia a la figuración para concentrarse en el valor de la materia, siendo en estas últimas obras donde el paisaje de su Galicia natal se erige como protagonista. Ha realizado importantes exposiciones individuales y colectivas en numerosos museos y galerías de arte. En esta ocasión presenta en la galería Álvaro Alcazar su última serie bajo el título: “Domus Omnia”. Son dieciocho obras de medidas variables en las que vuelve a utilizar la técnica ya habitual del óleo sobre cartón. El crítico de arte, Javier Fuentes Feo, ha querido reseñar este último trabajo del artista lalinés; “La obra de Antón Lamazares ha girado siempre en relación a dos cuestiones fundamentales: el lugar entendido como la tierra que habitamos y los hombres que de hecho habitamos esa tierra. A lo largo de sus diferentes series, desde aquel año 1987 en que realizara sus Xanelas (Ventanas) hasta esta última serie que ahora presenta en la Galería Álvaro Alcazar, pasando por épocas como Bes de Santa Baia (1997) o Pol en Adelán (2000), su trabajo se ha aproximado siempre a la relación que se establece entre los hombres y al modo en que esos mismos hombres habitan el paisaje. O lo que es lo mismo: la forma en que todos y cada uno de nosotros intentamos organizar nuestra manera de estar en un mundo cada vez más complejo y comprometido. Por eso mismo cabe asegurar que Lamazares ha buscado siempre captar la esencia oculta del paisaje, fuese éste el de Galicia, el de Castilla, el de Nueva York, el de Berlín o el de Madrid, un paisaje que no por ello ha querido ser realista, sino que dejando de lado todo lo circunstancial ha buscado lo esencial que permanece oculto. La obra de este artista es, por eso mismo, vocacionalmente profunda; su trabajo aspira, con una cierta alegría trágica, a captar aquello que ningún hombre, desde los tiempos de Heráclito o Parménides ha logrado atrapar, esto es, el fondo primordial del sentido de nuestra existencia. “ “En ese sentido, esta última serie, realizada en la ciudad de Berlín y titulada Domus Omnia (Casa de todos), vuelve a traer a colación esa cuestión de manera poética al mismo tiempo que vocacionalmente comprometida. Lamazares recoge el concepto de hogar o morada para ampliarlo en un sentido maximalista: las casas que él pinta no son ya viviendas particulares o personales, sino más bien casas para los antepasados que nos lega la historia y hogar para nuestros hijos o para aquellos que han de sucedernos. Así, sus casas de y para todos a las que hace referencia esta serie son tanto moradas para los de aquí como para los que están lejos, es decir, casas que se proponen un poético y legítimo anhelo de hermandad. Las casas de Lamazares son para nadie y para todos; para nadie porque, obviamente, no son casas reales y no resuelven nada concreto, pero lo son para todos en tanto en cuanto señalan que si de verdad queremos seguir habitando este mundo con cierta legitimidad, más nos vale empezar a comprender que tenemos que entenderlo como una casa en la que todos habitamos.”