Descripción de la Exposición
Encarnación Domingo, ya lo dejé escrito en otro texto, es una artista llegada al mundillo del arte de un cierto nivel con un retraso temporal que le ha impedido lograr una valoración de mayor consideración hacia su obra, hacia una obra que es, al menos, diferente. Ser diferente debería haberle dispensado una mayor apreciación pero, paradójicamente, parece ocurrir lo contrario ya que lo singular de sus planteamientos técnicos produce el efecto opuesto: al salirse de la norma, de la media, parece pasar desapercibida.
Esa singularidad emana tanto del material que viene empleando como soporte –el aluminio- como del procedimiento –las incisiones y
lijados de la tersa superficie con mayor o menor intensidad para procurar que la luz, reflejada, entre a formar parte de las composiciones- hasta conseguir la sugerencia de planos, volúmenes y perspectivas. Y, además, no recreándose en lo que podría ser una efectista zona de confort, sino experimentando, añadiendo campos de color mediante pinturas acrílicas o al duco, estableciendo reservas y esgrafiando zonas previamente pintadas.
Por otra parte es una artista a quien no le hace falta desplazarse a Nueva York, Berlín o Londres para encontrar su línea argumental ya que, casi desde sus comienzos, tiene el campo de batalla para sus obras a muy pocos pasos de su casa: las dunas de la Playa de El Espartal de Salinas, el cielo unas veces raso y otras tormentoso y, como no, el mar unas veces manso y otras convulso. Todo muy sencillo, efectivamente; un paisaje, una marina, por referirnos a géneros pictóricos tradicionales pero con una forma de interpretarlos, cuando menos, particular por no decir singular. Y a ello deberíamos añadir su afán de conocimientos, tanto prácticos como teóricos, que la llevan a frecuentar talleres y seminarios impartidos por artistas bien reconocidos en el campo de la pintura, de la cerámica y, últimamente, también de la fotografía, lo que nos hace pensar que esa singularidad deriva de la pluralidad y que su método no es, en modo alguno, fruto de la casualidad.
En eso, ni más ni menos, consiste esta serie de trabajos de pequeño y mediano formato que nos presenta agrupados bajo el título de Silencio y que son la consecuencia de su deseo de transmitir desde planteamientos personales. No harían falta los títulos que acompañan a algunas de las obras –Atardecer, Luna en morado, Luna, Después de la marea…- para deducir que tras la obviedad formal subyace también una cierta intención poética del mismo modo que, en anteriores exposiciones, dejaba bien claro que es una mujer de su tiempo a la que preocupan temas sociales de muy diversa índole. El suyo es un arte entusiasta, animoso y apasionado lo mismo que lo es su vida, tratando de recuperar, eso dice ella –y cosa que yo entiendo que ya hecho- su tardía incorporación a los circuitos expositivos a los que ha venido aportando algo que debería ser bien valorado: la singularidad, la diferencia.
Particular (por no decir singular) y plural
Ramón Rodríguez
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España