Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- "LA ANDALUCÍA DEL SIGLO XIX EN LAS FOTOGRAFÍAS DE J. LAURENT Y CÍA", es un estudio coordinado por Rafael Garófano, del material fotográfico realizado en Andalucía, a mediados del pasado siglo, por J. LAURENT. Trabajo que ha sido recogido en un Catálogo que acompaña a la exposición de estas imágenes. “A comienzos del siglo XIX, tan rico en aportaciones científicas, no limitándose a ofrecer el perfeccionamiento de las técnicas del grabado y la litografía, se propició uno de los descubrimientos más importantes en la configuración de la cultura moderna: la fotografía. Un nuevo procedimiento de captar y fijar imágenes altamente similares a las perceptivas, en un momento en que el positivismo filosófico aspiraba al conocimiento objetivo de la realidad sensible; un método más rápido y barato de reproducir imágenes personales idénticas, en número prácticamente ilimitado, en una época en la que surgía el igualitarismo socialista; una invención que permite observar un mundo múltiple de paisajes, ciudades y monumentos, en unas fechas en que se expandía el ferrocarril y a sus viajeros se les abría la nueva vivencia de percibir, desde la velocidad, el continuo discurrir de las cosas. La fotografía, después de su salto cualitativo a la existencia y sus múltiples tanteos de perfeccionamiento por la variedad de cámaras, materiales de soporte, composiciones químicas de la imprimación y métodos de revelado, relativamente pronto alcanzó el suficiente nivel de perfección, como para que algunos profesionales se decidieran a salir de Francia e Inglaterra, fundamentalmente, para captar las imágenes de los más bellos, interesantes y curiosos fragmentos del mundo y cubrir con sus fotografías las grandes demandas comerciales de los estáticos viajeros burgueses. Ciertamente, cuando los fotógrafos eran profesionales de primer nivel, no podían substraerse a que aristócratas o Casas Reales los contratasen para hacer retratos, reproducir colecciones de arte o cubrir obras públicas o viajes, a cambio de su protección y salario. Modelo de fotógrafo que, en España, representó en primer lugar el británico Charles Clifford que, bajo los auspicios de Isabel II, realizó una amplia labor en la que se integran múltiples géneros fotográficos. El segundo gran fotógrafo extranjero, en esta ocasión francés, que, en la estela de Clifford, desarrolló esta tarea, fue J. LAURENT Y MINIER, residente en España desde 1843 y fotógrafo desde mediados de los años cincuenta. El progreso de Laurent en el dominio de la fotografía no solo fue magnífico, sino que pronto experimentó métodos y técnicas propias para mejorar el resultado de sus imágenes, incluso poniéndole colores. Capacidades que, además de hacer viable y próspero su inicial gabinete de retratos de la Carrera de San Jerónimo, nº 39, ya abierto al público en 1856, pronto le hicieron recibir encargos fotográficos de la Casa Real y, poco después, vender fotografías a las principales revistas ilustradas del momento, para su “reconversión” en planchas de grabado. Retratos, vistas de monumentos, reproducciones de obras de arte, etc., que no solo se fueron exponiendo en su estudio y en distintos puntos de Madrid, sino que, en su acumulación fueron componiendo un ordenado fondo fotográfico que Laurent comenzó a ofertar al público con la edición, a partir de 1861, de unos catálogos y la constitución, poco después, de una dilatada red nacional e internacional de distribución a través de depositarios. El desarrollo de la labor fotográfica de Laurent, atendiendo cada vez a más encargos personales, requerimientos institucionales y genéricas demandas comerciales, no podía limitarse a los estrechos límites de la capital de España y sus gentes, viéndose en la necesidad de tener que desplazarse a infinidad de lugares, pueblos y ciudades. Viajes que Laurent hacía generalmente en ferrocarril y en los que tenía que ir acompañado, imprescindiblemente, de su carro-laboratorio, dado que el procedimiento fotográfico de la época, al colodión, requería que la emulsión de las placas de vidrio se hiciese inmediatamente antes de la toma y proceder rápidamente después a su revelado. Los primeros viajes que realizó Laurent fuera de la Corte, parece que fueron para cumplir encargos; como el reportaje sobre el trazado ferroviario entre Madrid y Alicante, que en 1858 hizo para la compañía “M.Z.A.” (Madrid-Zaragoza-Alicante), las fotografías que tomó ese mismo año del Campo de Operaciones de Madridejos, en la provincia de Toledo, así como el reportaje que hizo en 1862 sobre los buques de la Escuadra Española surta en la bahía de Alicante. Pero en el catálogo que en 1863 editó Laurent ya aparecían, además de las fotografías de Madrid y su provincia, vistas estereoscópicas de otras ciudades como Toledo, Segovia, Cuenca, Alicante, Barcelona y Alhama de Aragón, así como de las andaluzas Córdoba, Granada, Málaga, Ronda y Sevilla. Lo que, en principio, nos indica la existencia de viajes del fotógrafo francés, anteriores a dicha fecha de edición, por tierras andaluzas. La actividad fotográfica de Laurent, a partir de esa época, siguió aumentando en su importante estudio de Madrid, sus viajes fotográficos por España y Portugal se multiplicaron, su actividad comercial se expandió y, a finales de los años setenta, “J. Laurent y Compañía” ya contaba con un patrimonio fotográfico, con una magnitud y calidad, como ningún otro fotógrafo consiguió durante el pasado siglo en España. En este gran banco de imágenes, las fotografías tomadas en Andalucía eran numerosísimas -concretamente en el libro-catálogo “Nouveau Guide du touriste en Espagne et Portugal”, que Laurent editó en Madrid en 1879, de sus anunciadas 5.000 fotografías cuyos números de catalogación y títulos en él se recogen, 819 son de Andalucía-, y los géneros múltiples. Unas imágenes que, si seguimos la catalogación que originalmente empleó el propio Laurent, se dividían en obras de Pinturas y Escultura, obras de Modelado, Orfebrería, Mobiliario, Tapicería y otras y, finalmente, las obras de Arquitectura, las vistas de Monumentos y las Escenas Populares o Pintorescas; aunque dada la variedad de estas fotografías, también podríamos catalogarlas en un número mucho mayor de series temáticas, susceptibles incluso de subdivisiones, como: vistas de ciudades, vistas de pueblos, edificios civiles, catedrales, iglesias, ferrocarriles, puertos, faros, arqueología, escenas militares, armaduras, museos provinciales, etc. Ante este inmenso y diverso mosaico icónico de la España decimonónica, en el que Andalucía ocupa una gran parte numérica, geográfica y temática, se ha optado por seleccionar una muestra de las vistas urbanas de las capitales de provincia de Andalucía, excepto Almería (donde no estuvo el fotógrafo francés), y cuando no existía un número suficiente de fotografías de las capitales (como son los casos de Jaén y Huelva) completarlas con vistas de otros lugares de dichas provincias. Todo ello con la finalidad de confeccionar una muestra territorialmente equilibrada del conjunto de Andalucía. Unas urbes que, en distintos grados y con diferentes ritmos, estaban sufriendo las consecuencias de la renovación de los transportes, el desarrollo del comercio, el maquinismo industrial, la potenciación de las capitales de provincia (establecidas por Javier de Burgos en 1833), la incorporación de suelos de propiedad eclesiástica (tras la desamortización de 1836) o el notable aumento de la población; signos de los tiempos, que se traducían en la renovación de los edificios, las reformas de las fachadas, la pavimentación de las calles, la construcción de aceras, la urbanización de las plazas, la edificación de mercados, la construcción de estaciones de ferrocarril, la mejora y expansión del alumbrado público, etc. Pero si estas imágenes de las ciudades andaluzas, muestran a un observador atento al tránsito de la región a la modernidad, se decidió complementar la exposición con dos apéndices, fundamentalmente extraurbanos, que evidenciaran aún más, por la dialéctica de los contrastes, la situación histórica de Andalucía: los Tipos y Escenas Populares, que nos muestran a unos andaluces “diferentes”, rurales, pobres y tan anclados en el tiempo como los vieron y describieron los viajeros románticos y las Grandes Obras Públicas que, además de mejorar las comunicaciones, eran el exponente de una sociedad “no tan diferente” a la europea, con capacidad técnica y en dinámico avance, a la suave velocidad del ferro-carril, hacia el futuro.
Hitos y miradas en los siglos XIX y XX.
Ya que esta Andalucía que tenemos ocasión de contemplar la observamos a través del objetivo fotográfico de J. Laurent -de cuándo y dónde decidió colocar su cámara y de qué parcela de la realidad optó por encuadrar-, esperamos que esta exposición refleje en igual medida, como un espejo de dos caras, la interesante imagen de una Andalucía del siglo XIX y las cualidades técnicas y artísticas de este fotógrafo francés.”
Exposición. 14 nov de 2024 - 08 dic de 2024 / Centro de Creación Contemporánea de Andalucía (C3A) / Córdoba, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España