La técnica empleada por Orihuela para la materialización de esta serie es el óleo sobre lienzo o madera, apostando por una amplia gama de colores oscuros que utiliza con una intensidad natural, que da lugar a composiciones perfectamente equilibradas.

En palabras del profesor, investigador y escritor, Juan José Delgado, "el paisaje pictórico de Orihuela entraña una buena porción emocional, con cuna probable en lugares ya conocidos a los que el pintor consigue evocar, remover y fijar".

En las obras de Francisco Orihuela se aprecian los tres elementos que evocan el territorio insular: tierra, rodeada de mar y de aire. En este sentido, el aire parece adquirir sentido cuando toma contacto con los otros dos planos próximos que se presumen como más concretos. La manifestación del aire no depende de sí mismo, sino de aquello que se le cruza, se le opone y, en este caso, lo llama. ... La relación dialéctica entre los tres elementos que constituyen el paisaje isleño está servida.

Rozando lo abstracto

La tendencia de este artista roza lo abstracto por causa de una tentación, el aire, que le llega en forma de transparencia y fuga constante. Su pintura es diluida y el trazo de su brocha se caracteriza por un movimiento suave, rítmico y amplio.

Sorprende la diversidad de tonos escondidos que presenta su obra, en la que aparecen tímidamente repentinos matices que se consolidan, y alcanzan su esplendor en vibrantes y vitalistas crepúsculos.

También resalta lo inmenso y estable, mediante pequeñas tensiones entre la figuración del paisaje y la abstracción atmosférica. La temática de sus obras no es muy plural pero, por el contrario, sí lo es su plástica. Las creaciones de este artista se caracterizan por las transformaciones cromáticas y lumínicas y por las diferentes dimensiones y formatos de sus óleos.

Insignificancia del hombre

La obra de Francisco Orihuela se inspira en la grandeza de la naturaleza, convirtiéndola en espectáculo. Son composiciones que despiertan el sentimiento de lo sublime al tiempo que reflejan la impotencia del hombre y un sentido de grandeza y de desesperado heroísmo.

Orihuela, en sus cuadros, hace que los elementos de la naturaleza prevalezcan por encima de todo indicio humano. Esta característica le acerca a grandes pintores del siglo XIX, como Turner o Friedrich, quienes al plasmar en sus creaciones la presencia del hombre lo hacen a través de personajes anónimos, minúsculas siluetas, que aparecen sumidas en el más absoluto silencio y soledad. No son nada ante el esplendor y la grandiosidad de la naturaleza.

Lo mismo le ocurre al espectador de su obra, acabará identificándose con las figuras humanas que aparecen en el óleo, porque llega a sentirse insignificante ante la naturaleza, no la está contemplando ni forma parte de ella, está enfrentado a su majestuosidad.