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Con la exposición "Senda de Pedra", comisariada por la propia Escuela, con la inestimable colaboración del escultor y profesor de la misma, Enrique Velasco, la Fundación Feima quiere apoyar y difundir el trabajo de una institución convertida en salvaguarda de un oficio en vías de extinción y que está presente a lo largo de toda la historia de Galicia.

Desde sus inicios, en el año 1979, y bajo el auspicio del Ministerio de Cultura, la Escola de Canteiros de Pontevedra se propuso dar sentido de ... continuidad al oficio de canteiro, inherente a la cultura gallega. Marcó como objetivos enseñar a trabajar la piedra, estimular la vocación artística para la elaboración de artesanía en piedra y conservar y promocionar el patrimonio de la arquitectura y la escultura tradicional. Mediante un centro de investigación y tratamiento de la piedra, formó a nuevos profesionales en restauración de monumentos arquitectónicos y escultóricos del patrimonio histórico artístico e impulsó a una generación de artistas contemporáneos que utilizan la piedra como material de expresión y que en la actualidad gozan de un importante prestigio. En 1996 la Diputación de Pontevedra, con aportaciones de las Consellerías de Industria y Cultura de la Xunta de Galicia, se implica directamente con esta iniciativa y construye las actuales instalaciones de la Escola ubicadas en San Salvador de Poio, que constan de sendos espacios dotados para realizar las tareas docentes de cantería y escultura. En definitiva, se trata de un centro especializado, de reconocido prestigio a nivel internacional, cuya labor es, en gran medida, desconocida por el gran público.

La muestra, se reparte en dos espacios. En una de las salas se mostrarán trabajos realizados por alumnos de la Escola a lo largo de los últimos años, con escenificaciones que servirán para dar coherencia a las obras presentadas. En la otra se podrán ver lo último de tres ex-alumnos y ahora reconocidos escultores gallegos: José Manuel Castro, Francisco Pazos y Jorge Barreiro "Xobaba". Asimismo se podrá disfrutar de la escultura de una vaca en granito, de cinco mil kilos de peso, en el Paseo de Recoletos.