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El seminario pretende abordar la escultura desde lo corporal, teniendo en cuenta el doble sentido de lo que puede significar exponer, esa especie de desnudo conceptual y emocional que se produce cada vez que el artista muestra su obra: Lo propio

Hasta

Lo objetual

Lo privado Lo ... social

Lo personal Lo público

Utilizando como punto de partida los distintos fragmentos del cuerpo, el rostro nos enfrenta al enigma de las señas de identidad, nos lleva al problema de la máscara y al problema de lo que es 'hombre o mujer'.

Pues no es otra cosa, sino máscara, lo que significa 'persona', ya que éste era el nombre con que los romanos denominaban no sólo al personaje de las comedias y las tragedias, sino también específicamente al instrumento de amplificación del sonido ('per-sona', es decir, por donde suena) con el que se identificaban los distintos personajes en el teatro clásico. La máscara terminó dando nombre al personaje y el personaje, a su vez, a la persona con la que creemos identificarnos.

El seminario partirá de la utilización de las distintas partes del cuerpo (rostro, pies, torso, manos...) que serán reproducidas por moldes con vendas de escayola hasta lograr ese construido de otros, una especie de clon, ciborg, frankestein o pinocho para, de esta forma, crear un teatro de sombras donde las personas interrogan a sus máscaras y a sus distintos personajes. Durante el desarrollo del seminario no sólo se emplearán diversos procesos escultóricos sino que también se abarcarán otras disciplinas artísticas como la fotografía y el video, ya que estas técnicas pueden servir para reproducir 'huellas del cuerpo'.

Dora Salazar nace en Alsasua (Navarra) en 1963. Estudia en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco, realizando con posterioridad cursos de doctorado en escultura. En la actualidad reside entre las ciudades de Donostia, Bilbao y Zumaia, donde tiene su estudio.

La artista muestra un claro interés por el proceso de elaboración de la obra artística mediante la manipulación de materiales y la construcción de formas y volúmenes. En los últimos años de su trayectoria creativa destaca la constante e insistente utilización de la forma humana, en la que puede apreciarse una profunda preocupación por los temas de mujer y feminidad.

Dora Salazar combina su actividad escultórica con la desarrollada en otros ámbitos como el dibujo, la ilustración, el video, la escenografía y la fotografía. En la última década ha realizado exposiciones individuales y colectivas en ciudades como Madrid, San Sebastián, Gijón, Vitoria, Bilbao o Indiana (EE.UU.). Asimismo, ha recibido numerosos premios y reconocimientos por su trayectoria artística, como la Beca de la Diputación Foral de Bizkaia, el segundo premio de escultura Bizkaiako Artea, el Premio de Escultura Gure Artea, la Beca de la Bilbao Bizkaia Kutxa, el Premio del Ministerio de la Juventud de Luxemburgo o el Premio del Salón Internacional 'L'ArtContemporain' de Estrasburgo.

La obra de Dora Salazar está representada en importantes colecciones públicas y privadas, como las Juntas Generales de Bizkaia, la Colección Argentaria, el Museo de Bellas Artes de Navarra, la Colección Rafael Tous, la Diputación Foral de Bizkaia o el Museo de Bellas Artes de Álava.