Descripción de la Exposición Hay temporadas en que soy más amateur porque lo poco rentable de mi ocupación de artista me obliga a otras tareas mejor remuneradas. El mundo está lleno de fotógrafos, artistas y pluriempleados. Yo también disparo muchas fotos de aficionado, fotos de viajes, de usar la fotografía como actividad de ocio. Como artista mis obras parten de una idea o una opción que se transforma, se realiza o se desecha, pero generalmente no 'busco' o improviso en un lienzo blanco. Cuando abordo un proyecto fotográfico sigo un guión, planifico la toma: son imágenes previsualizadas. Normalmente sólo necesitaré una imagen para cada motivo, y para llegar a ella, como cualquier fotógrafo, hago varios intentos, disparo más de una instantánea por motivo. Luego, de todas las tomas seleccionaré una que será la pieza principal, la que se numerará, se copiará y se expondrá. La selección es arbitraria, injusta para las fotografías desechadas. No siempre la elegida es la mejor, sólo es la elegida; así es la vida, otro día podría tocarle a otra. Porque un aspecto del trabajo artístico es decidir, seleccionar, sacar del tintero o del álbum de negativos. He rescatado las segundas intenciones en un formato diferente al de la 'pieza final' y son las fotos que presento en esta exposición en Contraluz. Pasó el tiempo en que se reivindicaba la fotografía como arte. Lo es, no hay duda. Hay obras de arte que son fotografías. Pero no todo el valor de una fotografía es artístico; las fotografías no necesitan ser obra de arte, les basta con ser Fotografía. Ahora, afortunadamente no se cuestiona el valor artístico de la fotografía pero a mí no me importa porque me puede impresionar cualquier imagen independientemente del valor profesional de su firma, de su autoría. Lo dicho, se venden muchas cámaras, todos somos fotógrafos. Seguro que hay banqueros que toman buenas fotos, o cirujanos fotógrafos, curas fotógrafos, bomberos fotógrafos, arquitectos fotógrafos a patadas, policías fotógrafos, escultores fotógrafos, adolescentes fotógrafos, y hasta nazis de la SS fotógrafos. Porque muchas calificaciones ligan bien con fotógrafo. En Mauthausen-Gusen dos internos españoles se encargaron del laboratorio fotográfico del campo de concentración. Uno de ellos, el joven fotógrafo Francisco Boix revelaba las fotografías que tomaban los oficiales nazis. Duplicó y consiguió sacar del campo los negativos. Entre esas fotografías que Boix rescató para la acusación en el juicio de Nurenberg se aprecia como algún oficial de la SS, buen aficionado a la fotografía, se esmeraba al encuadrar los cuerpos de los prisioneros agotados, exterminados yacentes sobre la nieve, o agarrados a las alambradas. El nazismo viene a cuento porque, entre las fotografías de esta segunda opción, incluyo la serie Muertes construidas sobre arquitectos, y presento la dedicada Giuseppe Pagano, que murió en Mauthausen. Francisco Boix fue el testigo que estuvo a punto de llevar a la orca a Albert Speer el arquitecto de Hitler, el 'nazi bueno' para algunos y ministro de guerra. Boix aparece en las películas del proceso de Nuremberg señalando a Speer con el dedo y desmontando la coartada de éste, que negaba conocer las intenciones exterminadoras de los campos de trabajo aunque, como ministro de armamento, era responsable de todos los recursos para la guerra, entre los que se contaban los campos de trabajo de prisioneros. La arquitectura de Speer fue comprometida con Hitler. Neoclasicista, revisionista de tiempos pasados, no se le puede negar una eficacia demostrada por ejemplo cuando edificó en tiempo record la Cancillería de Berlín, cuya grandilocuencia y ostentación impresionaba a los embajadores extranjeros como si de otra arma de guerra se tratase. Tras la guerra la obra de Speer fue demolida, afortunadamente sí nos queda la de Pagano, quien construyó en Italia una obra contemporánea 'orgánica' y comprometida con su tiempo. Sólo soy aficionado a la arquitectura: visito edificios, no soy experto. No quiero evaluar a ambos arquitectos pero Pagano no tuvo que arrepentirse, su arquitectura es contemporánea; como interesado en arte de vanguardia mí simpatía está clara. En la historia de la arquitectura ambos ocupan un lugar muy diferente, en la de la fotografía también. Pagano fue un excelente fotógrafo. Una exposición en el Museu Valencià de la Il.lustració en 2008 dejó constancia de ello. No conozco las aficiones fotográficas de Speer. ¿También tendría una Leica? No lo he leído en sus memorias, en ellas nos habla de su afición a los coches, a la naturaleza y a viajar. ¿Por qué no suponer que en las excursiones llevaba su cámara Leica colgada del cuello? Su autobiografía, escrita en prisión, es entretenida y de gran éxito editorial. La he leído en un volumen ilustrado con fotografías de los modelos de gran tamaño que el arquitecto encargaba para sus proyectos. Hay una vista a pie de calle del modelo de la planificación de la gran Sala en el edificio del Reichstag dentro del plan urbanístico de un nuevo Berlín que nunca existió. Parece el conjunto ya terminado, colosal, desmesurado. Demuestra que el equipo de Speer usaba la fotografía como herramienta; hoy estas recrea - ciones de proyectos no construidos, que desconciertan al espectador, son el recurso de algunos artistas modernos que exponen fotos de maquetas. Terminaré hablando de aficiones. Me gusta tomar fotos de viaje, pero no ver las de otros. Por eso no expongo las mías, porque me aburren muchísimo las de otros; lo que sí me gusta es ver fotos de gente, viejos álbumes de familia que conservan el secreto interés de cualquier foto. No soy aficionado al cine pero recordaré dos películas, una el documental Francisco Boix un fotógrafo en el infierno que nos cuenta la historia de este fotógrafo y héroe al que se le atribuye el arriesgado rescate de las fotografías del campo de concentración de Mauthausen. En este documental refiriéndose al trabajo de Francisco Boix el narrador cita estas palabras de Marguerite Duras: 'Toda fotografía es de algún modo la de uno mismo'. La otra película es Pecker, mi preferida entre las que tratan de arte moderno y fotografía, en ella el director John Waters consigue unir el calificativo 'ciego' a 'fotógrafo', cuando al final, la galerista neoyorkina apuesta por su nuevo descubrimiento: un fotógrafo invidente que no encuadra, dispara a ráfagas porque no necesita ver, le basta sentir la fotografía, clic, clic, clic clic.
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España