En los dos cuadros centrales de la exposición -El secreto de la imagen y El secreto de la palabra- la belleza del secreto se asocia a la fragilidad del equilibrio. En estos dos cuadros se ejecutan dos números circenses, dos escenas que pertenecen al imaginario del autor: los platos chinos "un hombre mantiene suspendidos, girando sobre varas, una serie de platos" y las equilibristas sobre bolas "tres mujeres caminan sobre tres bolas que avanzan sobre una pista espiral ascendente". Los equilibristas revelan una imagen del secreto.

El lugar donde tienen lugar estas representaciones es Secreto, una extraña sala de fiestas, un espacio más mental que físico, un teatro de variedades, un cabaret dada. Lugares comunes donde habita el secreto. Secreto está levantado en el desierto, en la misma carretera en la que De la Torre sitúa a otros ... dos locales de referencia, el lynchiano Silencio (donde "No Hay Banda") y The Green Gangurro (donde trabaja junto al escritor Adolfo Barberá en la khromación de la imagen desde hace algún tiempo).

En la presente muestra también reaparece el motivo arquitectónico -que ya le llevo a ocuparse de las construcciones de los racionalistas Langle y Goerlich- como fetiche en la obra de De la Torre. El secreto de Mies es un homenaje al Pabellón Alemán de Barcelona, con el que Mies Van der Rohe presentó en 1929 un revolucionario concepto de espacio, un escenario de actos, donde ni se exhibe ni habita. En el interior de este espacio se presentan seres híbridos, fruto del apareamiento de los órganos del secreto (boca y oído) y del utillaje de los números de equilibrio (platos y bolas). Divanes y confesionarios, secretaria/o y el doble agente, completan el repertorio iconográfico de esta serie.

Secreto es un cruce entre las diferentes líneas de trabajo en las que De la Torre viene trabajando desde los noventa -La neometafísica, los marcianismos automáticos, las bandas sonoras y los espacios arquitectónicos-.