Descripción de la Exposición Esta exposición como su propio titulo indica consta de tres partes. Cronológicamente hablando la primera sería Psiquedelicias, un grupo de obras que evocan experiencias con drogas psiquedélicas. La segunda, Tinterías, es fruto de la decisión de abandonar la necesidad de producir obra y centrarme únicamente en el proceso de creación. Ambas son procesos que se abrieron espontáneamente y que actualmente he dado por concluidos. La segunda por enfrentar de nuevo el desafío de mi rutina de trabajo 'habitual' y la primera por motivos de salud. En cuanto a la tercera parte, las menudencias, es mi labor más reciente y 'normal': tratar de pintar un cuadro al óleo de 30 por 30 centímetros (llevo casi 20 años intentándolo) y entretenerme mientras tanto construyendo mis 'cacharritos'. Por otra parte tengo que decir que cada una de estas partes podría constituir una exposición por si misma pero, en esta ocasión por razones circunstanciales se presentan una parte seleccionada de las dos primeras partes y la parte concluida de la última. Todo esto me está recordando un diálogo de los hermanos Marx. Psiquedelicias 'Lo real es el resultado de la autoridad' H. Michaux Bajo el título de psiquedelicias he querido reunir una serie de obras realizadas básicamente durante los años 2006 y 2007 cuya característica común es referirse a mis experiencias 'psiquedélicas' de esos tiempos. Estas experiencias fueron inducidas por la ingestión, asumiendo riesgos y también tomando precauciones, de varias sustancias psicoactivas en diferentes sesiones. Estas sustancias fueron entre otras: THC, DMT, Psilocibina, Mescalina, LSA, etc. Siempre extraídas directamente de sus fuentes vegetales. Ninguna de las obras que creé en esa época fueron realizadas bajo el influjo directo de estas sustancias sino más bien a partir de su recuerdo. Sensaciones, imágenes, emociones, rescatadas de esos momentos. Sin embargo si algo tiene de interesante la experiencia 'alucinógena' es que nos confronta, al margen de sus contenidos que pueden ser más o menos placenteros o aterradores, con el hecho de que la percepción cambia y es entonces cuando nos damos cuenta de su presencia. Se podría decir que somos capaces de ver la mente o mejor: percibimos lo que percibe. Desde la exposición de 'La cabaña del monje' ya andaba buscando un espacio o paisaje íntimo independiente de lo 'exterior'. Me di cuenta entonces de que esa 'exterioridad' podría no ser más que una conjetura y de que todo sería entonces únicamente interioridad. A partir de aquí mi práctica artística se volvió aún más difícil pues ya no podía trabajar sobre 'objetos reales' y la percepción en si misma se convirtió definitivamente en el motivo. Sentirse a si mismo sintiendo. Pero lo único seguro en este espacio evanescente de la percepción es que está atravesado de fuerzas o energías, llamemoslas emociones o sensaciones o lo que sea que se presente. Ese fue el camino de estas obras: dar forma o 'cuerpo' a esas fuerzas salvajes que nos habitan. Tinterías 'Una buena idea nunca es tan buena como ninguna idea' Zhaozhou Al grupo de obras sobre papel a la técnica del pincel y la tinta china que hice durante los meses del verano pasado les llamé 'Tinterías'. Ya no recuerdo cuando fue mi primera experiencia con un pincel. Ni cómo descubrí esa sensación que sentimos al apoyar su cuerpo blando sobre una superficie plana dejando allí, tras un roce delicioso, un rastro de color. Sin embargo tengo muchos recuerdos de pinceladas dadas y de relaciones afectuosas y, a veces dependientes, con algunos pinceles. Hace unos años compré, en una tienda de Madrid, unos pinceles chinos para hacer caligrafía. Nunca llegué a usarlos en serio. Era más una suerte de fascinación por ese mundo oriental lo que me atraía de aquel pequeño maletín. Lo mismo me sucedió en Roma, años después, en el Rastro de Porta Portesse, cuando encontré otros pinceles chinos, esta vez más gruesos, pensados para trazos anchos. Más tarde, habiendo leído, comentado, citado y casi olvidado el inestimable tratado del monje 'calabaza amarga' (Shitao) decidí comprarme unos manuales de caligrafía china y japonesa en una tienda especializada de Paris?.Tampoco logré hacer nada con todo aquello. Luego, tras una peripecia vital extraña que me llevó a explorar dimensiones de la consciencia hasta entonces desconocidas para mí (*), me vi inopinadamente inmerso en esta serie de tintas. Como ya no podía pintar mis cuadros habituales al óleo de 30x30 cm. sin sentir una creciente angustiam intenté relajarme pasando al papel en un formato mayor. Abrí también mis planteamientos, trabajando sin rumbo fijo, dejándome llevar por la propia actividad. Esa estrategia me había servido en el pasado siempre que necesitaba recuperar el interés perdido. No funcionó en este caso. Mi angustia crecía y el trabajo continuaba sin satisfacerme ¿Debía seguir repitiendo unas 'fórmulas' para complacer a la gente que las apreciaba?¿Había perdido la sensibilidad y ya no podía disfrutar de la vida, ni de mi trabajo? En un último intento desesperado, me senté en el suelo con los pinceles chinos, la tinta y un papel en blanco frente a mí. No iba a pintar absolutamente nada, Sólo estaría allí y vería que ocurría. Pasó un cuarto de hora: nada! Media hora: nada! Tres cuartos de hora: algo comenzaba a suceder. Me dolían las piernas y mi pecho se volvía rígido. La rigidez y el dolor se extendían por todo el cuerpo. Agarré un pincel finalmente y la tensión estalló en tinta sobre el papel. Lágrimas. Repetí este experimento a diario. Algunas veces, al levantarme, el papel continuaba aún en blanco. Otras caían en él dos o tres pinceladas suaves, lentas, acariciadoras. A menudo eran, por el contrario, feroces y violentas. Casi siempre se trataba de una sola pincelada que se desplegaba sobre el papel. Después de cada sesión hacía una selección y grapaba en la pared los trazos que me parecían más interesantes. Surgían temas como el corazón explosionado u órganos genitales en el coito, o en pleno orgasmo. Los temas fueron desapareciendo para dar lugar a simples formas: círculos, puntos, curvas? dispuestas diversamente en el espacio, con distintas velocidades de ejecución y variaciones en la densidad y gradación del tinte. A finales de Septiembre no me quedaba ya ni del papel de arroz chino regalado por Kanke, un amigo, ni del otro ni sobre sobre todo del super alfa de grabado que ya había utilizado para la serie del 'cerro de la mica' de Estación Central. Decidí no comprar más. Quería pintar al óleo sobre lienzo de nuevo. De unas doscientas tintas seleccioné 70 para exponer. En Madrid se vieron 20 y en Oviedo tal vez se puedan ver más. Con el correr del tiempo pienso que a pesar del intento de vaciamiento interior y de la voluntad de no expresar nada sigue habiendo un contenido referencial de este trabajo que bebe en la tradición oriental del Enso Zen. He intentado, sin embargo, ser más fiel a mi mismo que a ninguna tradición.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España