Descripción de la Exposición
En el marco de la celebración del 50 aniversario de la Fototeka de Kutxa Fundazioa, la sala Kubo Kutxa reúne más de 100 imágenes seleccionadas de los dos fondos más importantes de su archivo fotográfico: Photo Carte y Foto Marín. Fototeka agrupa un extraordinario archivo de más de 1,5 millones de fotografías y objetos que permite recorrer la historia de Gipuzkoa a través de la fotografía.
Esta exposición fotográfica comisariada por Miren Arzalluz Loroño, directora del Museo de la Moda de París-Palais Galliera, trata de hacer visible el fenómeno de la moda a comienzos del siglo XX (1915-1935) en Donostia / San Sebastián.
La moda constituyó un factor fundamental en la emergencia de San Sebastián como centro internacional de ocio y socialización en las primeras décadas del siglo XX. En el marco de la consolidación de la llamada Côte Basque o Costa Vasca como territorio turístico, la capital donostiarra conformó, junto con Biarritz, una nueva geografía de moda, un espacio inédito fuera de las grandes urbes europeas que tuvo un impacto decisivo tanto en el desarrollo turístico y comercial de la ciudad, como en la creación de moda dentro y fuera de sus fronteras.
La exposición presenta seis secciones o escenas de la vida social de la ciudad en las que se muestra la evolución de las prendas y los diseños. Teniendo en cuenta que toda la ciudad es una escena de moda, se han intentado identificar las características de la moda en lugares o acontecimientos como: la playa, los deportes de élite, las carreras hípicas, las corridas de toros, la vida en la calle y la vida social.
La playa pasa de ser un lugar eminentemente terapeútico —con todas las teorias higienistas del siglo XIX y las bondades del agua de mar y los baños— a un lugar de socialización, de ocio y de expansión. En los modelos de playa vemos la evolución de la moda en esta década con la utilización de tejidos más ligeros, una historia de la liberación del cuerpo.
En los llamados deportes de élite que caracterizan también la vida social de la ciudad en esa época (el golf, el tenis, las regatas, el automovilismo,…) se produce la emergencia de la moda sport o la moda deportiva con la simplificación de la silueta, la selección de tejidos mucho más ligeros y flexibles, y se prioriza la libertad de movimiento. Esta serie de prendas deportivas terminan marcando la tendencia de la moda en general.
Las carreras hípicas y las corridas de toros, por su parte, se convierten en auténticos espectáculos de moda. Desde finales del siglo XIX, los principales modistos de alta costura parisinos —que buscaban nuevos métodos de difusión y promoción de sus colecciones— salen de sus salones y hacen desfilar a modelos profesionales en lugares donde se concentran sus potenciales clientas. El hipódromo de Lasarte es uno de estos lugares.
En las escenas de calle de San Sebastián la moda está muy presente. Ver y ser visto es fundamental para entender cómo vivimos la moda. En la calle nos mostramos ante los otros y nos gusta ser vistos. Cuando nos vestimos, lo hacemos para socializar con los demás. No elegimos la ropa solo para nosotros. Ser visto no es solo una cuestión de vanidad, de mostrarnos con orgullo, sino también de mostrar nuestra identidad ante los otros.
Los espectáculos, los bailes, los teatros, las galas,… la vida social, especialmente nocturna, es otra forma de socialización. Son situaciones donde nos tomamos otras licencias, otras libertades y nos mostramos dando pie a la fantasía y a la sofisticación, en una especie de juego donde la moda tiene un papel fundamental.
En esta exposición se ha querido visibilizar a quiénes hicieron posible esa moda: las modistas y los sastres. En esa época la moda cobró gran importancia en Donostia y esto supuso un desarrollo enorme de los talleres de costura, y la apertura de muchos comercios de moda. San Sebastián se convierte en un auténtico laboratorio de moda donde los creadores testaban sus creaciones, que a veces idearon expresamente para la Costa Vasca y, en otras, se vieron influenciadas por lo visto en este territorio.
Finalmente, la muestra se acompaña con algunas proyecciones de piezas de la Filmoteca Vasca, que nos ayudan a sumergirnos en la época y a ver las imágenes en movimiento, porque la moda no solo es la prenda también es la actitud, la forma de moverse, de caminar, la gestualidad. Sin movimiento perderíamos esa condición de la moda.