Descripción de la Exposición La nueva obra escultórica de Lito Portela manifiesta una notable evolución desde su trabajo más reciente. No hace mucho tiempo, el artista nos ofrecía una serie de pinturas de una abstracción que evocaba paisajes, derivada de su obra anterior, en la que dominaba las referencias estructurales y orgánicas dentro de un lenguaje abstracto. Poco después, sus cuadros abrían dos vías innovadoras en su producción. La primera, evidentemente derivada de su serie 'Estructuras', tendía a una mayor evocación figurativa y espacial, con una explícita voluntad de crear atmósferas y manifestar claramente profundidades espaciales. A la vez, y sin duda partiendo del mismo origen, el artista desarrolló una serie de obras voluntariamente más limitadas de color, con el verde dominante, con densas pinceladas enfáticas, que dotaban el cuadro de una gran presencia e intensidad, incluso en las obras de pequeño formato. Cuadros que, solamente alterados por leves cambios de tonalidad y desde formas simples y puras, sugerían emociones humanas básicas. Esta sensación de intensidad emocional es lo que producía la impresión de estar ante obras en cierto sentido intimistas, y en eso había un cambio respeto de obras como las 'Estructuras', con una pincelada más suelta y más simple, con una notable capacidad de esencialización y adecuación de la luz y el color a una estructura abstracta que rige y jerarquiza la composición. Una pintura, pues, expansiva, a la vez delicada y vigorosa, que representaba un sendero firme para la futura trayectoria del pintor, abriendo un nuevo vocabulario visual que sin duda iba a la búsqueda de nuevas formas de expresión. Y esta búsqueda acabó por cuajar en una obra plena -una auténtica revelación- en el ámbito escultórico, con unas piezas en las que el referente orgánico es resuelto en estructuras esenciales en las que prima la color y la luz y que, desde sus títulos, remiten a una visión crítica del mundo en el que vivimos, y, destacadamente, del mundo del arte. Lito Portela nos habla de arte desde el arte, mas no cae, de modo alguno, en el puro conceptualismo. Elabora su escultura desde una concepción 'poética' de los objetos pero reforzando nuestro sentido reflexivo sobre la representación y la realidad. En cierto sentido estas piezas revelan que las imágenes provocan en nosotros reacciones, respuestas complejas que superan sus simples calidades formales (léase El poder de las imágenes de David Freedberg). Para su contemplación conviene tener en cuenta lo que afirmaba Roland Barthes sobre la fotografía y las respuestas que suscitaba. El pensador francés decía que para ver una fotografía íntegramente era necesario combinar dos voces: 'la voz de lo banal (el que todo el mundo ve y sabe) y la voz de lo singular (para impregnar lo banal de todo o sentír de una emoción que apenas a mí me pertenece)'. Esta postura semeja que es la que toma Lito Portela cuando elabora estas piezas escultóricas, pero también, lo que es mucho más importante, la que nosotros podemos tomar, y de esta forma completar, diseccionar mirando más pormenorizadamente el objeto creado por el escultor. El irónico del título de la muestra, 'Sálvese quien pueda', se ajusta muy bien a la visión que el artista quiere proyectar, entre la visión irónica del arte y la existencia y la caducidad de la vida -y del arte-. Más allá de eso, esta actual obra del artista permite nuevas lecturas, en las que el escultórico se inserta en estrategias artísticas contemporáneas en las que muchos creadores emplean la ambigüedad, la distorsión de tamaño, la ironía o la espectacularización del objeto como cimientos del discurso estético. Aspectos que se pueden percibir a la perfección en la muestra de Lito Portela. Más no quiero dejar la imagen de una obra en la que prime el conceptual, porque, en mi opinión, la principal virtud de estas obras está en su esencia plástica, son piezas que no pretenden reflejar objetos ya existentes, sino que, sin duda, pertenecen a una realidad?otra, paralela al mundo real, que se cargan de una indudable aura poética y que acaban por constituirse en signos vitales. Porque toda la obra de Lito Portela tiene un referente orgánico, mismo cuando tiende a formas geométricas, que evidentemente tiene que ver con una profunda identificación con la naturaleza, como si el artista quisiese captar de ella su pulsión, no su visión más epidérmica. De ahí esa intensa potencia física de sus esculturas, que remiten a las pulsiones profundas y al mundo telúrico sin dejar de hablar de nuestro mundo y de los problemas que afectan al arte como sistema de comunicación.
Premio. 09 sep de 2024 - 13 oct de 2024 / Madrid, España
Exposición. 25 sep de 2024 - 10 mar de 2025 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España
Formación. 15 oct de 2024 - 30 jun de 2024 / Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Madrid, España