Descripción de la Exposición
Podría decirse que la identidad de su obra viene dada por la peculiar manera de su hacer diferente y en la expresión de un mundo transformado e íntimo, en el cual lo matemático, onírico y fantástico se unen convirtiéndose en su propia realidad.
El resultado de mi obra artística actual es el fruto de muchos años de trabajo, búsqueda y vivencias entre diferentes países y culturas. El estructuralismo de mis composiciones es la síntesis que me permite proyectar de una manera profunda mi mundo emocional e inquietudes intelectuales. Mediante un análisis, muchas veces casi matemático, y una técnica pictórica muy personal, de inspiración a veces casi renacentista, llevo a cabo una gran elaboración del volumen, la luz y la sombra, fusionando lo orgánico y geométrico.
Según la experta en arte, Carmen Pallares, en las obras de Salvador Calvo (Istán, Málaga, 1948) hay un propósito predominante de conocimiento de la realidad profunda de las cosas. Tal actitud, tal interés, le lleva a considerar el arte como ciencia, como vía de investigación que conduzca a la certidumbre, pensamiento artístico veraz, originario y, en nuestros días, arriesgado como pocos.
Concepciones así tienen su sustento en la denominada Sabiduría Tradicional o Filosofía Perenne, a la cual no puede accederse desde la mera y la prescindible erudición, sino desde un estudio que sea, a la vez, vivencia, plan vital, adhesión y efusión de las ideas. Y éstas, las ideas, han de tener latido, realidad efectiva, como el cuerpo, los objetos, la propia respiración, los ritmos y los elementos de la Naturaleza.
Salvador Calvo quiere fundir su arte con el Arte, y responder con sus obras al primer “porqué” de tal necesidad, de tal existencia, en el alma humana, de tan luminosa posibilidad. Entre el predominio actual de consideraciones artísticas, este propósito y esta actitud son ciertamente singulares y admirables. Pero todo ello caería en la inadvertencia o en el fiasco si los resultados estéticos fueran ineficaces, vulgares. No es el caso. Salvador Calvo es un dibujante espléndido, un dominador excelente de la composición, un pintor dueño de una mano sensible, cultivada y certera, y su imaginación técnica ha buscado y encontrado sus procedimientos plásticos mejores para expresar y comunicar estéticamente las propuestas y conclusions intelectuales, anímicas, ideológicas y vitales que conforman el propósito que ya comenté al principio de este comentario. El resultado es una muy buena exposición.
De esta fusión surge una atmósfera, que podría denominar metafísica, nos puede adentrar en el enigmático mundo de los sueños o hacernos recordar nuestro entorno tecnológico actual.