La imaginación, que junto con la fantasía y alguna dosis de realidad e inquietud llevan al artista Paco Piqué a la búsqueda, esta búsqueda lo hace crear y al crear, surgen nuevas formas con las que comunicar lo que quiere transmitir.

Transmitir sensaciones que llegan donde no llegan las palabras, fabricar imágenes, para expresar lo inexplicable que solo parece posible, con otros códigos. Códigos, que se descifran en el color, en la austeridad, en la ausencia de la nada. Allí, la pincelada firme se arremolina, transformándose en deseos tumultuosos también a la vez plácidos mensajes.

Una libertad que se expresa en cascadas, en pequeñas notas coloreadas, en tonos contrastados, en rítmicos compases. Sonidos extendidos en el espacio.

Así lo ve, cuando perseguidor de los paisajes nocturnos la curiosidad lo reclama, ... después llega la calma y se reconcilia con su presencia. Su abstracción así nos lo explica.