Descripción de la Exposición
Rumania, abril de 1986. Invitada por las empresas Aeroflot y Dufour para cubrir un desfile de modas en el Castillo del Conde Drácula, en Transilvania, Julie Weisz recorre 1500 km desde Bucarest, pasando por distintas ciudades, monasterios medievales y los carpatos hasta llegar a Brasov. Con su cámara fotográfica en mano y un ojo que todo lo ve, Julie sortea en forma inteligente los controles, para mostrar su visión de Rumania durante el comunismo (régimen que duró casi 45 años en el país), por ese entonces, bajo Ceausescu.
Rumania, 2012. Cecile Rausch, cámara en mano, emprende un itinerario semejante pero con una motivación agregada, la de acompañar a su marido a recorrer su país de orígen; tierra de la cual había huído en el año 1948. Lúcidamente aporta una nueva visión, que marca los cambios acontecidos en Rumania luego de la caída del comunismo, sucedida a fines de 1989.
Una y otra frente a frente…..El blanco y negro de las fotografías vintage de Julie Weisz, detiene con conmovedora belleza las imágenes en el tiempo. Contrasta con el realismo documental a color de las fotos digitales de Cecile Rausch, quien muestra trazos de una Rumania más jovial, emergente, en la cual conviven las tradiciones con el acceso al consumo; la austeridad rural con el esplendor de los monasterios restaurados como patrimonio de la humanidad.
Todas estas imágenes nos dejan algunas pistas del antes y el después del último dictador de Europa. Los extraordinarios retratos de monjes tomados por Julie en el interior de los monasterios, dan cuenta en forma implícita de una Iglesia Ortodoxa, que redujo forzosamente su presencia en la vida pública durante ese período. Los fieles dejaron de asistir a las ceremonias religiosas por miedo a las represalias y muchas iglesias y monasterios fueron destruidos para dar paso a la construcción de fábricas. Los bellísimos rostros de las monjas retratados por Julie, emocionan por su dulzura y un velo de nostalgia en sus miradas, tal vez producto de esa situación. Años después, Cecile ilustra de que modo el fervor creyente se vuelve a manifestar, con la nutrida concurrencia a las ceremonias, y las monjas aggiornadas transitando por la calle. Una impecable toma del Palacio del Parlamento (que costó 3500 vidas así como cifras astronómicas), al tiempo que nos enrostra la megalomanía de su hacedor, es presentada como una metáfora de Rumania: país tan bello como sufrido. Sus fotos exhiben la belleza única de magníficos monasterios de la era bizantina, exquisitamente pintados a mano, junto con el tristemente abandonado cementerio judío (pueblo que en 1930 representaba el 11% de la población y del cual hoy quedan solo 5000).
Y así las pistas continúan. Escenas en blanco y negro de interiores de las casas ricamente ornamentados con alfombras y telas, casi dispuestas artificialmente para complacer al espectador, parecen señalar que lo bello y ornamental estaba guardado. Campesinos; personas y niños caminando por las calles vestidos en forma austera, nos muestran un clima de desesperanza y pobreza que parece prevalecer durante la época del régimen. En cambio, la novia luciendo escote y celebrando la boda en espacio público; las flores en las calles; la imagen de una carreta -símbolo de un racionamiento que llegó a los campesinos- conviviendo con un auto de alta gama como objeto de necesidad y bien común, pixelan la cara de una Rumania penetrada por la cultura occidental. En definitiva, de esto se trata la muestra, de una "Rumania en dos Tiempos".
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España