Como él mismo comenta, su infancia fue plácida y feliz, quizás por eso se obstina en hacerla eterna. Evidentemente su pintura tiene muchos puntos de contacto con el mundo infantil y los tiene ya sea desde un imaginario desenfrenado, ya sea desde las composiciones que tanto recuerdan a los dibujos de los niños.

Ya desde sus inicios en el mundo de la pintura se le reconocía como un pintor hábil y atrevido, valiente e innovador, en obras esquemáticas muy relacionadas con los primeros graffitis y con la obra de su precursor Jean-Michel Basquiat.

Poco a poco, pero, se ha ido modificando en un proceso de barroquismo que ha hecho que se amplíe la gama cromática y que las composiciones ganen en esta intencionada puesta en escena infantil, que tantos puntos de contacto tiene ... con el estilo naïf. Y es que como bien titula en uno de sus cuadros 'la inocencia gana a la razón'.

El gran dominio técnico que presentan sus creaciones oscilan entre temáticas cercanas al surrealismo mágico y el mundo de los sueños, muchas veces relacionadas con ciertas obsesiones infantiles (espíritus, fantasmas, seres fantásticos...) que a veces esconden un fondo crítico.

Así pues, la obra de Gomes pretende generar emociones, que, incluso, no deben ser traducidas ni interpretadas. Un buen momento, pues, para descubrir y contemplar la pintura fresca, entrañable y positiva de un artista muy especial.