Descripción de la Exposición
El Museo del Prado y el Museo Boijmans Van Beuningen presentan “Rubens. Pintor de bocetos”, una exposición, patrocinada por la Fundación AXA y con la colaboración del Gobierno de Flandes, que profundiza en el estudio de Rubens como el pintor de bocetos más importante de la historia del arte europeo.
De los cerca de 500 bocetos que pintó Rubens a lo largo de su carrera artística, para esta exposición se han logrado reunir 73 procedentes de importantes instituciones de todo el mundo como el Louvre, el Hermitage, la National Gallery o el Metropolitan de Nueva York que, junto a una selección de los conservados en el Prado y el Boijmans -dos de las mayores colecciones que existen-, se exhibirán durante cuatro meses en la sala C del edificio Jerónimos. Además, hasta completar un total de 93 obras, se podrán contemplar algunos dibujos, estampas y pinturas del propio Rubens que dan contexto a los bocetos.
Tras su paso por el Prado, en septiembre, “Rubens. Pintor de bocetos” llegará al Museo Boijmans Van Beuningen de Róterdam.
“Rubens. Pintor de bocetos” es una exposición de carácter temático que, además de llamar la atención sobre el protagonismo del maestro flamenco en la historia del boceto y ayudar a comprender mejor sus peculiaridades como bocetista, ilustra el resultado de una exhaustiva investigación, dirigida por Friso Lammertse, conservador de pintura antigua del Boijmans Van Beuningen Museum, y Alejandro Vergara, jefe de conservación de pintura flamenca y escuelas del norte del Museo del Prado, ambos comisarios de la muestra, cuyas conclusiones forman el núcleo de la publicación que acompaña a la exposición.
La práctica de realizar bocetos al óleo como parte de la preparación de un cuadro se inició en Italia en el siglo XVI. Artistas como Polidoro da Caravaggio, Beccafumi, Federico Barrocci, Tintoretto o Veronés fueron los primeros que utilizaron bocetos pintados al óleo como herramientas para probar sus ideas a la hora de pintar un cuadro. Sin embargo, lo hicieron en muy contadas ocasiones porque utilizaban sobre todo el dibujo para preparar sus obras.
Basándose en estos precedentes, la innovadora aportación de Rubens consistió en ampliar ese proceso preparatorio incluyendo sistemáticamente imágenes pintadas al óleo y en soportes más duraderos que el papel. Algunos le servían para elaborar sus ideas sobre nuevas composiciones, y muchos fueron pintados para enseñárselos a sus clientes o como guía para sus colaboradores. Según su finalidad, se trata de obras muy abocetadas o muy acabadas, y también pequeñas o relativamente grandes, diferenciadas del resto de su producción pictórica porque son menos pulidas y detalladas, la capa de pintura es más delgada, y con frecuencia se ve la imprimación.
Así, Rubens convirtió el boceto al óleo en una parte fundamental de su proceso creativo y los cerca de 500 pintados por él le legitiman como el pintor de bocetos más importantes de la historia del arte europeo.
Para esta exposición se han logrado reunir 73 de estos bocetos pintados al óleo entre los que se incluyen cinco pequeños bocetos para las Pinturas del techo de la iglesia de los jesuitas de Amberes de los museos Ashmolean en Oxford (2), Boijmans en Róterdam, la galería Národni en Praga y la Gemäldegalerie de Viena; la Serie de Aquiles, que se completa en la Galería Central del edificio Villanueva donde se expondrá un boceto propiedad del Fitzwilliam Museum de Cambridge junto a la pintura Aquiles descubierto por Ulises y Diomedes de Rubens y taller, del Prado; y la Serie de la Eucaristía conservada por el Prado y a la que se une un boceto procedente del Art Institute de Chicago.
Los seis bocetos del Prado que pintó Rubens para esta serie fueron sometidos a un importante proceso de restauración que se presentó en 2014 en la exposición “Rubens. El triunfo de la Eucaristía”, proyecto enmarcado en el Programa de Restauraciones del Museo que patrocina la Fundación Iberdrola España.
También aquí se muestra por primera vez al público una copia manuscrita de un cuaderno perdido de Rubens que incluía textos y dibujos, conocido como Manuscrito Bordes. Se trata del más importante de las cuatro copias conservadas, ya que además de ser una copia directa del original conserva dos dibujos originales del maestro, uno de los cuales es el estudio del colosal Hércules Farnesio. Este cuaderno ingresó en el Museo del Prado en 2015 gracias a la generosa donación del escultor, arquitecto, profesor e historiador del arte Juan Bordes.
Pedro Pablo Rubens (1577-1640) es el pintor de bocetos más importante de la historia del arte europeo. Siguiendo los pasos de algunos artistas –muy pocos– de Amberes e Italia, pintó alrededor de quinientos a lo largo de su carrera artística.
En esta exposición, bocetos al óleo (o simplemente bocetos) significa pinturas realizadas como preparación para otras obras. Algunos le servían a Rubens para elaborar sus ideas sobre la nueva composición, y muchos los pintó para enseñárselos a sus clientes o como guía para sus colaboradores –es probable que en su mayoría cumplieran a la vez esas funciones. Según su finalidad, pueden ser obras muy abocetadas o muy acabadas, y también pequeñas o relativamente grandes.
Los pintores que le precedieron habían utilizado sobre todo el dibujo para preparar sus obras, y no dejó de ser así en el caso de Rubens. Su innovadora aportación consistió en ampliar ese proceso preparatorio incluyendo sistemáticamente imágenes pintadas al óleo y en soportes más duraderos que el papel. Mientras que los dibujos eran normalmente monocromos, los bocetos pintados de Rubens contenían casi siempre color, que generaba en sus figuras la ilusión de la piel y el músculo. Por su misma función, se diferencian del resto de su producción pictórica: son menos pulidos y detallados, la capa de pintura es más delgada, y con frecuencia se ve la imprimación.
Pese a su carácter singular, los bocetos Rubens invitan a disfrutar de las cualidades que son esenciales para todo su arte. La pincelada, vigorosa y a la vez ligera, y la sensación de energía comprimida transmiten seriedad en su propósito y gusto por la vida. Paradójicamente, se percibe también que en esas escenas se dirimen cuestiones de gran importancia, y nos sentimos próximos, como si fuera una experiencia vivida, a las emociones que en ellas se expresan. Es, en suma, una afirmación de lo que significa estar vivo.
Serie de la Eucaristía
En la primera mitad de la década de 1620 Rubens diseñó veinte tapices dedicados al triunfo de la Eucaristía. Se los encargó la infanta Isabel Clara Eugenia para el monasterio madrileño de las Descalzas Reales y tratan el tema de la Eucaristía, dogma principal que la archiduquesa defendía como gobernadora de los Países Bajos meridionales. En la creación de tan amplio conjunto intervinieron el pintor, sus ayudantes, la infanta y los tejedores. Rubens hizo dos series de bocetos al óleo, uno mayor que el otro.
Aquí se exponen uno de la serie pequeña, el único que incluye en una misma imagen varios de los tapices proyectados procedente del Art Institute of Chicago, y seis de la grande propiedad el Prado. Los bocetos le servían al artista para definir la composición y para enseñárselos a quien los había encargado, y eran además una guía para los ayudantes que debían pintar los grandes cartones que se emplearían como modelo para tejer los tapices.
Pinturas para el techo de la iglesia de los Jesuitas de Amberes
En 1620 los jesuitas le encargaron a Rubens 39 obras para su iglesia de Amberes. En su mayoría se iban a colocar en los techos, y por tanto se verían desde abajo. Los cuadros finales, que un incendio destruyó en 1718, fueron pintados por Van Dyck y otros ayudantes del maestro. Para preparar este ciclo Rubens realizó pequeños bocetos monocromos, otros en color y más elaborados, en ambos casos al óleo, y algunos dibujos. Los complicados escorzos exigieron un riguroso trabajo previo, Los bocetos más pequeños son estudios de las luces y las sombras. En los más grandes ya está plenamente desarrollado el color. En el contrato para el proyecto se le daba a elegir a Rubens entre entregar los bocetos preparatorios o pintar otro cuadro para uno de los altares laterales. Todo parece indicar que el artista eligió la segunda opción, lo que demuestra cuánto apreciaba sus bocetos.
Serie de Aquiles
La dedicada a Aquiles es la última serie de tapices que diseñó Rubens. En ella representa, en ocho escenas, diversos episodios de la vida del héroe griego. Rubens preparó el proyecto con dos juegos de bocetos al óleo. Los del primero son más pequeños y menos acabados, y tres de ellos figuran en esta sección de la exposición. Los del segundo juego son de un formato mayor y están más detallados. Estos últimos fueron los modelos para pintar los cartones en los que se basarían los tejedores.
Esta sección se completa en la Galería Central del edificio Villanueva donde se expone un boceto propiedad del Fitzwilliam Museum de Cambridge junto a la pintura Aquiles descubierto por Ulises y Diomedes de Rubens y taller del Museo del Prado.
Pinturas para el techo de la Banqueting House
Rubens pintó estos bocetos como preparación para la decoración pintada del techo de una sala de la Banqueting House –perteneciente al palacio londinense de Whitehall– en la que se celebra el reinado de Jacobo I. El artista recogió en ellos las nueve escenas del techo y además algunas figuras sueltas y elementos arquitectónicos.
En el que representa la unión de las coronas de Inglaterra y Escocia se conmemora el hecho más importante del reinado de Jacobo: las personificaciones de ambas naciones están unidas por Cupido, que representa el amor; encima está Minerva, quien ata las dos coronas. En el segundo, la Paz abraza a la Abundancia. Y en el tercero una figura que encarna tanto a la Templanza como a la Modestia somete a un vicio que en el programa iconográfico del conjunto se identifica como la Impudicia.
Bocetos al óleo para la Torre de la Parada
En 1636, Felipe IV le encargó a un Rubens ya mayor que pintara más de sesenta escenas mitológicas para decorar un pabellón de caza conocido como la Torre de la Parada y situado en las afueras de Madrid. Rubens diseñó todas las escenas en pequeños bocetos al óleo y pintó solo algunas de las obras finales –las demás se confiaron a otros artistas.
Realizados con rapidez y con poca pintura, revelan la riqueza del vocabulario pictórico de Rubens y su viva imaginación. Se puede ver claramente en ellos el proceso de su creación: la delgada imprimación que funciona como un fondo, las frecuentes líneas verticales negras que le ayudaban a encajar la figura o figuras en la composición... Otras líneas más pequeñas y marcas incisas, a lo largo de los bordes de la tabla, tienen que ver con la transferencia de estas pequeñas imágenes a las obras grandes finales.
Catálogo de la exposición
Esta publicación recoge las conclusiones de una exhaustiva investigación, dirigida por Friso Lammertse, conservador de pintura antigua del Boijmans Van Beuningen Museum, y Alejandro Vergara, jefe de conservación de pintura flamenca y escuelas del norte del Museo del Prado, sobre el protagonismo del maestro flamenco en la historia del boceto y ayudar a comprender mejor sus peculiaridades como bocetista.
En este catálogo se estudian con detalle, y acompañados de excelentes ilustraciones, ochenta y dos de los bocetos más expresivos del maestro flamenco. Y en dos ensayos se analizan el contexto histórico del que nacieron, sus principales características y la forma en que fueron recibidos en su época.
248 páginas 24 x 30 cm
Rústica, castellano e inglés PVP: 28 euros
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