Iván Gómez Aparicio
Iván Gómez Aparicio, nace en Ávila en 1989, graduado en Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid, también es técnico superior de Artes aplicadas a la Escultura en la escuela de Arte de Salamanca.
A través de la escultura voy al encuentro de esos sentimientos ocultos y reprimidos del individuo que observa, usandolo como espejo donde mirarse.
En mi línea de trabajo el rostro humano es el protagonista, más concretamente el rostro femenino, estos los combino con diferentes materiales como el hierro, bronce o polvo de mármol con resina, en esa búsqueda entre lo ideal y lo natural surgen escenas en busca de esos sentimientos mencionados con anterioridad.
Partiendo de una línea figurativa como es el rostro, en ocasiones se mezcla con formas más geométricas, más propias de la abstracción, pero en busca de esa unidad, en la que dos corrientes tan distintas pero a la vez tan iguales se...fusionen en una misma.
Crítica de Gregorio Vigil-Escalera.
La escultura de Iván Gómez, diestramente realizada, implica una focalización depurada, clásica en la concepción estructural, y contemporánea en su síntesis histórica, en tanto en cuanto las prolongaciones de los rostros son un esquema geométrico, abstracción simbólica de un hábitat del ser humano que únicamente le abre los ojos al loco.
Incluso los materiales utilizados como la resina, el bronce y el hierro, y su formato vertical tan alargado, armonizan un sentido de la forma como una categoría ontológica. Él también busca y ejecuta lo que podríamos considerar un arquetipo del ser desaparecido, pero al que le da una inmortalidad después de haber tapiado las pupilas con el fin de protegerlo de los sueños. Es más, las cabezas y los rostros no tienen una identificación concreta, tampoco constituyen una idealización innecesaria, más han sido de carne y hueso trasplantados a materias en lucha contra el tiempo y a favor de su trascendencia. El demiurgo las has traído en aras a su visibilidad y conocimiento de esta época.
Gómez Aparicio trata de concebir una revitalización de la referencia formal clásica y el ámbito de lo mitológico. Tanto en sus rostros, casi siempre con los ojos cerrados, como en sus bustos o cabezas, existe un marco vigorizante, que les engrandece y les dota de las propiedades propias de unas deidades desconocidas, pero que él mitologiza al punto de elevarlas a una condición que proyecta lo sobrenatural.
Están más cerca de la consagración, de las creencias, de las enseñanzas místicas, incluso de una encarnación visual poderosa y fervorosa, con raíces subliminales y sensoriales que quedan registradas en nuestra mirada como un hálito de retraimiento o de locura insinuante.
Todo ha tornado al silencio
a una paz que no se sabe
si es de muerte o es de sueño.
(Pérez de Ayala)
Gregorio Vigil-Escalera
(De las Asociaciones Internacional, Española y Madrileña de Críticos de Arte AICA/AECA/AMCA)
Entrada actualizada el el 18 oct de 2023
¿Te gustaría añadir o modificar algo de este perfil?
