Descripción de la Exposición
Rosa Mística:
“Al ascender, Cúmulo Místico, se le veía entre las piernas la valva redonda y rodeada de pétalos, de coágulos, como una dalia de muchísimos pétalos. Había encontrado el camino al cielo.”
Marosa di Giorgio
La obra de Florencia Fraschina abre el mundo que afirma la vida y dialoga con la razón desde el deseo. Este conjunto de obras se conforma ya en casi 50 trabajos realizados en 2017 y 2018, afrontados con urgencia expresiva, empleando diferentes recursos: óleos y acuarelas para las pinturas y resinas y huesos para las esculturas. Con un temperamento marcadamente individual crea una suerte de cosmos inédito y excesivo, que puede ser leído en clave neobarroca. Sustentado en un sustrato mitológico propio y en la potencia de un lenguaje inusual con la recurrencia a un onirismo codificado. Las raras criaturas que habitan sus obras proponen una suerte de reivindicación transgenérica de un nuevo erotismo.
La experiencia de la pintura, para ella, no es intelectual o racional, sino puramente receptiva, sensorial e instintiva. La enumeración ágil de seres y acciones que cambian continuamente de dirección o sentido previsible genera un ritmo desconcertante, y posee además un intenso y sugerente valor plástico. Fraschina nos propone un erotismo más libre, menos domesticado por la retorica del poder, partiendo de una realidad concreta donde en el desarticulamiento de las normas sociales, religiosas y políticas encontramos el origen en el que operan estas ficciones.
El carácter esquivo con respecto a lo contextual o socio-histórico de sus trabajos tan característicos de la era postmoderna, remite a la lógica fantástica. Reivindica una nueva política del deseo (lo sexual impregna todo) desprejuiciada y sin tabúes en la que tanto seres humanos, como animales, plantas o seres mágicos dejen de estar constreñidos. Exuda una sexualidad nunca polarizada sino abierta, múltiple, con frecuencia fálica. Estas experiencias sexuales fantásticas nunca son vistas desde una óptica moral, pero suponen un desequilibrio involuntario para el sujeto, algo sobrevenido que altera la serenidad y lo sitúa en los límites o de la pesadilla o del éxtasis.
Rosa mística es una serie que confiesa su sordidez y su encantamiento, como si sus personajes se hubieran sublevado y todo aquello que en la fábula de una chica perdida en un bosque aparecía velado, aquí se cumple repetidamente.”
Hugo Albrieu