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Una exposición de recuerdos es también una exposición de emociones, una exposición que desde su origen ha ido creciendo con las sugerencias y recuerdos de quienes la han contemplado. Los mayores reviven la ciudad; las tiendas de ultramarinos, las gallinejas, los limpiabotas, el cambio de novelas, la fábrica de tabaco… los rincones de su niñez. Los pequeños conocen la historia “en minúsculas” de Madrid. Todos encuentran algo curioso.

Las miniaturas están realizadas “a mano” por el artista Miguel Yunquera, quien es capaz de reconstruir, cuidando el máximo detalle, fachadas, interiores, muebles, objetos, cada centímetro reproduce fielmente lo mismo una tienda de un ... fotógrafo antiguo que un puesto de amanuense o una taberna torera.

Recuerdos, historias, la dura posguerra de la mujer española, las cererías, el olor a incienso, el betún del limpiabotas, la fritanga de las gallinejas y entresijos, las siete vidas de cada rincón de nuestro pequeño Madrid están en esta exposición que ningún madrileño, de nacimiento o adopción debería perderse. Además las miniaturas se acompañan con relatos de anécdotas y curiosidades de la época, que componen un repaso por las pequeñas historias que no debemos olvidar o que nos gustaría aprender.

En la exposición destacan las fachadas e interiores de establecimientos tradicionales, corseterías, tiendas de sacos y esparto, puestos de venta de “Agraz”, - el refresco de moda de principios del siglo XX -, panaderías –bollerías, tiendas de cocinas de butano, ferreterías donde se fabricaban las herramientas, expendedurías de billetes… Unas imágeness antiguas, traídas del ayer de la mano de este artesano madrileño, que contrastan con el moderno centro comercial donde la exposición tiene lugar, un entretenido paseo por la memoria y por la pequeña historia de nuestras ciudades.