Descripción de la Exposición
Deleuze nos dice que la pintura está desquiciada desde que no tiene modelo que representar ni historia que contar. A partir de ahí tiene dos visas posibles para escapar de lo figurativo: hacia la forma pura por abstracción; o bien hacia lo puramente figural (por extracción o aislamiento). Si el pintor tiende hacia la figura será pues para oponer lo figural a lo figurativo. Se trata de seguir el camino de la sensación. Y por supuesto de esforzarse una y otra vez de registrar el hecho. Estar dentro del lienzo y marcar ese territorio.
José Dean trabaja en esta dirección. Nace así una pintura autónoma, donde lo perceptible se entrelaza constantemente con lo puramente emocional. La energía de la pincelada se refleja en los juegos de fuerzas cromáticas, que transforman y envuelven el lienzo. En el centro de la composición una figura explosiona ante nosotros, enfatizando la presencia del campo pictórico y desafiando las posibilidades estéticas.
En estos trabajos encontramos una tensión entre la figura y lo informe; entre lo conocido y lo desconocido. Dean intenta caminar por esa fina línea que nos mantiene en un lugar seguro, pero con el riesgo de precipitarnos en cualquier momento. El paisaje, aparece aquí, como un campo abierto e infinito. Salvaje y extraño. Como ese momento en el que a través de la ventanilla del coche observamos el paisaje en movimiento antes de que desaparezca. Un agujero en el campo puede ser un punto o también puede ser la casa del grillo. En la pintura de Dean encontramos esa tensión entre un mundo formal, plástico y un territorio imaginativo. Ambos campos se funden, y se precipitan en un intento de Dean de cabalgar lo emocional dejándose arrastrar por el acontecimiento pictórico.
Riding Grass es la segunda exposición de José Dean en la galería. Los trabajos que conforman esta serie ponen en juego una pintura rápida, gestual y colorida, cercana a los planteamientos del neo-expresionismo y el informalismo. En ellas no hay una jerarquía entre figura y fondo, ambas se relacionan para que la pintura sea un territorio donde los límites entre figuración y abstracción se diluyen, creando un juego que desafía la percepción y la experiencia visual.
El título de la exposición proviene de una experiencia del artista con el paisaje donde hay un cambio en la mirada y en la actitud hacia el mismo. De contemplar una vista amplia a tumbarse a ras del suelo. Tumbado sobre la hierba, el paisaje se vuelve otro. Los colores se intensifican y las formas se pierden, se confunden, se encuentran. El olor a tierra mojada puede ser marrón pero también azul, o verde. Un insecto que se posa en la palma de la mano puede tomar proporciones desorbitadas. José Dean pinta con la memoria, pero también con el oído y el olfato. Sabemos de sobra que se pinta lo que no está o lo que no podemos nombrar.