Siempre podemos hacernos en las imágenes que sobran, siempre podemos encontrar nuestro aquí en los restos, en ese exceso que no podría formar parte de la reproducción capitalística y la dinámica que trata de "hacer la realidad" en las imágenes producidas dentro de su espacio y su tiempo. En este gesto, Máximo Caín, intenta armar desde las sobras y los restos las imágenes que nos invita a mirar. Apela en construir escenas que tratan de implicarnos en significaciones donde la reiteración de un wallpaper nos ubica en esa teatralidad donde intentamos existir cuando todo parece llamarnos a pensarnos desde la ausencia de un afuera.
aquí propone una afirmación donde no podríamos dejarnos engañar, donde pensarnos con todo el colorido de una feria de pulgas, con todo el colorido que nos falta, porque en Chile el centro existe, todavía como un centro literal donde la geografía determina el lugar que ocupamos y...lo que podríamos imaginar. Un centro que oculta la maleza en la palabra progreso, en una fantasía necropolítica, racista y heterosexual que se alianza con un contexto neoliberalizado que separa la vida del deseo, la falla como una posibilidad. El artista nos indica que podemos todavía insistir en jugar aunque nos digan que no, jugar desde la invención de un margen que desafía la historia hegemónica de los modos que organizan el agujero negro que intenta soslayar tantas ganas de hacer, fuera de la galería, fuera del museo, fuera de la institución normativa.
Johan Mijail
Escritor
Entrada actualizada el el 11 oct de 2016
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