Descripción de la Exposición
Para el Palacio de Cristal de Madrid, Kimsooja ha realizado To Breathe - A Mirror Woman (Respirar - Una mujer espejo), trabajo formado por una intervención en el espacio y la pieza de sonido The Weaving Factory (2004). En este proyecto, que es una continuación lógica de sus anteriores propuestas, la artista ha querido dejar completamente intacta la estructura arquitectónica del edificio haciendo que forme un todo unitario con la instalación de un espejo en el suelo, que actúa como multiplicador y unificador del espacio. Con los mínimos elementos –una película de difracción translúcida que cubre la bóveda y toda la estructura acristalada del palacio, un espejo que recorre el suelo del mismo y el sonido de su propia respiración–, Kimsooja nos sumerge en una experiencia transfiguradora y nos invita a experimentar tanto con la mente como con los sentidos, a poner en juego nuestras percepciones sensoriales y nuestra imaginación.
El título mismo no sólo hace referencia a otros proyectos en los que la artista ha utilizado el espejo y el sonido de su respiración, también tiene que ver con sus trabajos de aguja y cosido. Al igual que en videoinstalaciones como A Needle Woman, donde ella misma es la aguja que se planta en medio de la multitud, en A Mirror Woman la artista es el espejo; el espejo que refleja y crea la realidad. Como la superficie especular, la artista bebe de la realidad pero refleja otra, crea otra realidad. Es reflectora pero también creadora de esa realidad que el espejo refleja. El conjunto del proyecto remite asimismo a los bottari, ya que también en él se produce la operación de envolver, de empaquetar. En este caso, la autora envuelve el Palacio de Cristal con una película translúcida. Ahora bien, mientras el bottari envolvía y transportaba ropas o enseres, aquí el edificio nos envuelve y transporta a nosotros mismos mediante la experiencia del cuerpo, de la imaginación y los sentidos.
La luz procedente del exterior que entra a través de los cristales del pabellón, al reflejarse en la película, se difunde en forma de espectros de arco iris transformando tanto el panorama del exterior que vislumbramos desde dentro como el del interior del palacio, donde toda la estructura, así como los haces de colores, se ve reflejada en el suelo de espejo. Visto desde el exterior, el interior del palacio también se ve transformado por el reflejo de la luz y de los árboles. El efecto es especialmente potente en los días soleados. Pero incluso en los días grises, cualquier brecha en las nubes o en los cielos tormentosos, cualquier rayo de sol que se cuele por ellos incrementa los niveles de contraste de la luz creando ese efecto multiplicador del arco iris. Asimismo, la luz directa del sol en la película de difracción produce un efecto adicional de proyección del espectro del arco iris sobre la superficie del interior del palacio, donde el espejo provoca el rebote de la luz coloreada, y sobre los visitantes. La impresión que tenemos es la de estar inmersos en el arco iris, la de formar parte de él, la de estar fundidos con él. Esa reproducción ad infinitum del espectro del arco iris, que adquiere diferentes formas a lo largo del día –rayos, ráfagas, aureolas, zigzags...–, nos trae a la memoria tanto el colorido de las colchas tradicionales coreanas que tantas veces ha utilizado la artista como su trabajo sobre la naturaleza, A Wind Woman, pues en ciertos momentos del día, dependiendo de la intensidad de la luz, la estructura acristalada del edificio se convierte en una pintura abstracta con el fondo de los árboles del jardín.
Luz natural, color y sonido, todos ellos elementos etéreos, llenan el espacio. No hay objetos que perturben nuestra mirada. Sólo luz y color. La respiración de la artista, procedente de la performance The Weaving Factory, llena el espacio rebotando una y otra vez contra el espejo, expandiéndose por todo el interior del edificio, fundiéndose con él, rompiendo las barreras entre el espacio y el tiempo. Como señala la artista, “las oleadas de luz y sonido y su reflexión en el suelo respiran y se entretejen con nuestro cuerpo en el espacio. Reflejar es para mí otra forma de tejer”.
La respiración suave, lenta, apenas perceptible, de la primera parte de la performance, poco a poco se va haciendo cada vez más profunda y acelerada, adquiriendo un ritmo vertiginoso y produciendo una sensación de incomodidad y angustia. Diversos estados de ánimo se experimentan a través de la respiración de la artista, que se funde con la nuestra. En la segunda parte, apenas distinguimos esa respiración sino como sonido de fondo. El tono, la modulación y el ritmo han cambiado. Creeríamos que se trata ahora de un sonido exterior, pero sigue siendo su propia respiración la que crea ese crescendo rítmico, esa sensación de armonía, obtenida solapando, unas sobre otras, diferentes notas. Tanto en la primera como en la segunda parte de la performance, la respiración –inhalar y exhalar– se efectúa únicamente por la nariz, sin abrir la boca, pero en la segunda, el sonido sale de la nariz en forma de zumbido. La artista –para quien el acto de reflejarse es como el acto de respirar, pues la estructura de ambas operaciones es la misma, van de fuera a dentro y de dentro a fuera, extraen una realidad y crean otra– utiliza una mínima parte de su cuerpo para conseguir una miríada de sonidos –semejante a los haces de luces producidos por la película de difracción– y producir en el visitante todo un espectro de emociones. De la perturbación al gozo, de la angustia al regocijo, de la incertidumbre al reconocimiento se mueven los estados por los que pasa el espectador a lo largo de los once minutos y treinta y ocho segundos que dura la audición.
Kimsooja nos invita, así, a un viaje al interior: al interior del espacio, al interior del arco iris, al interior del espejo, al interior de nuestra respiración; en definitiva, al interior de nosotros mismos. Y en ese viaje al interior terminamos enfrentándonos con el otro, siempre presente en sus obras, ya que el espejo conecta el yo y el otro, y refleja ese otro que hay en nosotros. El espejo atrae y refleja, y ese reflejo es otro modo de exteriorizar el yo. Kimsooja nos habla de la relación de nuestro cuerpo con el espacio y hace del arte una experiencia del cuerpo y de la mente, de los sentidos y de la imaginación. OMR
Creación, 24 jun de 2021
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