La selección de obras atraviesa los años 1970 hasta 2017 e incluye vídeos, esculturas, objetos, pinturas y dibujos que recorren las distintas deformaciones sufridas por el cuerpo contemporáneo. Deformaciones que no son torturas sino resultado de las "posturas de un cuerpo que se reagrupa por la voluntad de dormir, de vomitar, de revocarse, de quedarse sentado la mayor parte del tiempo." (Lapoujade, David, el cuerpo que no aguanta más) ; por lo tanto, del agotamiento, del agotamiento, de un cuerpo que ya no aguanta más. "Es condición propia del cuerpo ser afectado por las fuerzas del mundo. Deleuze insiste en que un cuerpo nunca deja de ser sometido a encuentros y enfrentamientos: con la luz, con el oxígeno, con los alimentos, con los sonidos, etc. Un cuerpo es, según él, siempre "encuentro con otros cuerpos", cuenta Parra.
Si esta situación de extrema fragilidad puede ser vista como una señal de resistencia,...el agotamiento no sería necesariamente una parálisis total. ¿Cómo, entonces, transformar la gran fatiga en potencia? ¿Cómo respirar sin oxígeno? Esta es la idea central que será colocada por la curadora: el cuerpo en colapso como medio para la investigación y creación de nuevas potencias frente a las contingencias políticas, culturales y afectivas de la vida contemporánea.
Para complementar la propuesta, Regina Parra invitó al coreógrafo Bruno Levorin para desarrollar una acción como restablecida a la pregunta ¿Cuáles son los espacios y límites que circunscriben la comunicación entre dos cuerpos? Levorin va desde el encuentro con el artista visual Haroldo Saboya para investigar prácticas coreográficas que discutan la relación entre gesto, nombramiento e invocación.
Entrada actualizada el el 02 oct de 2017
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