1,5°C no es una cifra arbitraria, de hecho es un objetivo que como humanidad deberíamos cumplir a rajatabla si quisiéramos proteger a la Tierra (ese lugar donde vivimos aunque a veces se nos olvide) del calentamiento global. El acuerdo climático de París, firmado en 2015, estipulaba que los líderes políticos se comprometían a mantener el aumento de las temperaturas globales “muy por debajo” de los 2°C y hacer todo lo posible por no superar el aumento de 1,5°C en este siglo...Siento decir que aquella cumbre, como tantas otras respecto al cambio climático, no fue más que una reunión (vacaciones pagadas por todos) de alto copete con jefes de estado (cada uno con su jet privado, su huella de carbono, en fin, todo muy coherente...) donde marcaron una cifra utópica que obviamente ya hemos superado y por consecuencia ya hemos incumplido: 2023 ha sido con diferencia el año más cálido que...se haya medido nunca en el planeta. La temperatura media de la Tierra se ha situado 1,48 °C por encima de la referencia del período preindustrial (1850-1900), junto ya, por tanto, de un umbral muy relevante: el de los famosos 1,5 °C. Entonces, si ya hemos llegado a la cifra tope de finales de siglo y estamos apenas saliendo del primer cuarto, qué nos espera?*
Da igual qué fuente utilices para informarte sobre esta futura y próxima hecatombe; periódicos, documentales, prensa especializada en cambio medioambiental, revistas científicas, etc. Todas (exceptuando los negacionistas, obviamente) lanzan un mismo mensaje: un final fatal.
Según el grupo de expertos del programa Copernicus de la Unión Europea, el aumento de gases de efecto invernadero en la atmósfera ha seguido al ritmo de años anteriores (es decir, muy rápido). A día de hoy la concentración de CO₂ ha alcanzado 419 partes por millón, el mayor valor nunca registrado, sin que se haya notado ningún descenso en el ritmo en que este gas ha ido aumentando en los últimos años. Por si no fuera poco, sumado a todo lo dicho, se encuentra el fenómeno natural de El Niño, que no hace más que insistir en ese final fatal precedido de catástrofes climatológicas a nivel mundial como consecuencia del calentamiento: Aumento del nivel del mar (ínsulas y ciudades costeras en peligro de habitabilidad), cambio de patrones climáticos (pérdidas nefastas en agricultura, sequías e inundaciones... etc.), impacto en la salud humana (malaria, dengue, enfermedades asociadas al calor...etc.), desplazamiento de poblaciones, impacto económico...Y así, una lista interminable de efectos negativos a nivel global.
En serio, qué estamos haciendo? Somos conscientes de todo esto? Obviamente no, y lo peor es que no es por falta de información.
El ser humano hace oídos sordos a todo problema que le suene ajeno, hemos devenido a un ego tan individual que no somos consecuentes con nuestros funestos actos y menos si lo vemos como algo lejano que nunca se dará en Occidente. La sobredosis de información, o infoxicación que todos los medios día a día hacen sobre el cambio climático, lejos de hacernos cargo y responsables de ello, crea un rumor que unido a nuestra sordera crónica como sociedad, parece carecer de importancia. Una certeza que se desviste de significado por la repetición y el “mirar para otro lado” de nuestra sociedad contemporánea. Sí, aunque parezca increíble: Así somos y “así nos luce el pelo”
“RESISTENCIAS” es una llamada de atención a este ya sobrepasado 1,5 °C. Una reprimenda algo poética a esta humanidad sin autocrítica. Un “pararse a pensar” aunque no tengamos tiempo. Es un ejercicio de contemporaneidad cultural comprometida en forma de objeto y acción artística.
Avelino Sala y Eugenio Merino como binomio** (y por separado) han sido y son artistas estandartes de la crítica social contemporánea, tomando temas globales como punto de partida para la creación de obras artísticas reaccionarias y políticas. Son los creadores de obras preciosistas (estilo propio -más que reconocibles internacionalmente-, técnica impoluta, acabados perfectos y objetos de deseo por todas las colecciones e instituciones) que no se mantienen en su superficialidad objetual si no que nos interpelan (incluso gritan), sobrepasando del objeto físico al pensamiento individual al que llegamos a través de una imagen concreta, esa imagen que no se borra de nuestra mente. Son artistas que crean continentes perfectos para contenidos contemporáneos críticos, valiéndose de su gran trayectoria, su condición artística y su compromiso real para con la sociedad.
Resistencias es la representación poética de nuestro más que presente calentamiento global, una instalación escultórica conformada por una resistencia de acero inoxidable a modo de gráfica (acompañada de la numérica 1’5ºC) que conduce el calor y aumenta la temperatura del espacio en el que se active, en este caso la Galería Antonia Puyó (para y por la cual se ha formulado esta muestra, cuyas obras son site specific para la galería). En definitiva, Resistencias es la representación artística de una de las problemáticas más radicales de los últimos tiempos, la batalla de la humanidad por intentar parar el colapso climático.
Suena tan lejano y está tan cerca que parece un apocalipsis amable, así como en Melancholia de Lars Von Trier, pero no, como dice Chomsky << nos estamos acercando mucho a ese momento>>*** y esto va a parecerse más a Waterworld de Kevin Reinolds.
Teresa Arroyo de la Cruz
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*Dadas las circunstancias, no es de extrañar que casi dos tercios de los científicos que forman parte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) afirmaran en una encuesta de la revista Nature que se espera una subida de las temperaturas de 3 grados o más antes de 2050, por lo que doblamos la cifra en la mitad de Siglo
** Como colectivo: Bienal de Polonia 2022,Bienal Cuenca Ecuador 2022, Bienal Sur Colombia 2021, Periódico SUBLIME desde 2002
*** << tenemos una ventana de oportunidad muy estrecha para resolver los problemas y frenar la destrucción del medio ambiente Si llegamos a esos puntos de inflexión, que son irreversibles, básicamente nos podemos ir despidiendo los unos de los otros >>Chomsky
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AVELINO SALA
Su obra artística cuestiona la realidad cultural y social desde una perspectiva tardorromántica con un punto de vista crítico. Al explorar continuamente el imaginario social, Sala identifica los puntos dolorosos, demostrando el poder del arte como espacio para la experimentación y la creación de nuevos mundos. Sala es un referente español del arte como vehículo de resistencia política, en su producción hay una suerte de poéticas que reflexionan sobre los poderes del Estado y el control que estos ejercen. Su reconocible discurso estético es tan necesario como poderoso, y abarca temas sensibles y relevantes como la migración, la dislocación contemporánea, la crisis ambiental y las paradojas del capitalismo. Sala trabaja en el contexto global del arte contemporáneo.
Su obra ha sido presentada en diversas exposiciones, nacionales e internacionales, destacando entre las últimas: (2013 SOS) Es Baluard, Palma de Mallorca, (An Essay on culture 2013), NCCA, Moscú, (Distopia:right now) 2012 Museo del mármol de Carrara, (Pyre Funeral 2012) Matadero, Madrid, (Cacotopia 2011), Primera Pantalla, La Pedrera (AUTRUI 2011) Centro Dart Le Lait Grahulet, Francia, (Block House 2011), Galería Raquel Ponce, ARTIUM (stop! 2010), Real Academia de España en Roma, (Patria o Morte! 2010), Galería Virgil de Voldere, Nueva York, (Hostil 2009), Museo Nacional de Arte de Sofía (Reencontres Internacionales, 2009), Reina X Bienal de la Habana, (Comunicacionismos, 2009), A Foundation, Londres (Off the Street, 2009), Insert Coin, Spanish Young Art, October Contemporary, Hong Kong 2009) o Tina B Biennale Prague, (Small Revolutions 2008) o The Promised Land (Chelsea Art Museum), 2008). Premio Generación 2003 por CajaMadrid. Patrocinado entre otros por Hangar y Bilbao art. En 2010 fue becario de la Real Academia de España en Roma y del centro de arte Le Lait de Albi en Francia. En 2022 participó en la Bienal de Cuenca en Ecuador (2021), Bienal Sur, Colombia (2021), Bienal Dakar en Senegal (2022), Bienal Lanzarote (2023) y una exposición individual en el pabellón español en la Bienal de Malta (2024).).
EUGENIO MERINO
Su trabajo se centra en temas relacionados con el poder y la posmemoria desde el cuestionamiento de la producción de historia e imágenes por parte de la política y sus clases dirigentes, y en cómo se ha instrumentalizado el pasado desde relatos y mitos hegemónicos. El resultado se traduce en instalaciones, videos, esculturas y objetos.
Licenciado en Bellas artes por la Universidad Complutense de Madrid, sus obras se han expuesto en museos y bienales como la XV Bienal de Cuenca (Cuenca, Ecuador 2021), el museo CA2M (Madrid 2021), HALLE 14, (Leipzig 2019), TEA, Tenerife Espacio de las Artes (Tenerife, 2016) Station Museum en Houston (USA, 2015), Musées Royaux des Beaux-Arts en Bruselas (Bélgica, 2015), la Cuadrienal de Escultura de Riga, (Letonia 2012), Villa Empain (Bélgica, 2014), B.P.S.22, Charleroi, (Bélgica 2010), Castrum Peregrini de Ámsterdam (Holanda, 2012), Museo de Arte Contemporáneo de Taipei (Taiwán, 2009).
Entrada actualizada el el 11 jun de 2024
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