Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- La obra de Luis Moro posee una gran coherencia: en ella hay siempre una búsqueda unida a las formas fugitivas o fragmentarias, que sugieren más que definen, consiguiendo unir la fuerza de la composición con un peculiar sentido del detalle. Algo sorprendente, porque nada de ello se trasluce en el rostro de este joven de labios apretados. Sólo la mirada distrae la incomparable atención que el artista dedica a los aspectos fugitivos de nuestro mundo, justamente aquellos que escapan a nuestro entendimiento, porque estamos ocupados en otras cosas, o preocupados. Tan eficaz en la abstracción (Hipocampo, 2005), como en el uso de la fragmentación (Microcosmos, 2001, Tormenta de arena, 2004-2005), su obra nos atrae por su gran libertad gestual, su capacidad para pasar de una paleta monocromática al uso de colores claros, y su empleo de las técnicas mixtas. Así traduce Moro el sueño que renace y se transforma sin cesar, alimentándose de mil materiales vivos o difuntos, que se unen un instante, y se dispersan en el momento del despertar.
“Reflejos: Un sueño español en Castres, un sueño francés en La Granja”
La idea de la exposición ha surgido de una correspondencia lejana entre La Granja y Castres, entre sus jardines del Gran Siglo y del Siglo de las Luces. ¿Por qué, en efecto, no confiar a un artista capaz de estas metamorfosis el trabajo poético de soñar para nosotros?
Luis Moro, en su exposición de Castres, se ha prestado a este juego, poniendo él mismo las reglas: una evocación minuciosa, sencilla, pero a la vez exuberante, de las fuentes del Palacio de La Granja, de los bosques, las esculturas, los estanques; un verdadero recorrido iniciático en el vértigo en memoria. El espectador es golpeado por el predominio del azul, del ocre y del naranja, tonalidades de los sueños, pero más todavía presentes en los alrededores de San Ildefonso y de Segovia. De allí vemos surgir, como la formidable cabeza de Medusa en las aguas de Venecia en el Casanova de Fellini, la cabeza de Santa Catalina de Alejandría, admirada en el museo Goya por Luis Moro.
De este modo, se nos propone una extraña relación entre las imágenes. La cabeza de Santa Catalina surge de una ola, mirando al cielo como si, fragmento de una fuente diseñada por Jean Thierry o René Fremin, formara parte de uno de esos conjuntos maravillosos de piedra y de agua. Como si la voluntad de los dioses la hubiera fijado allí abajo para siempre por el embrujo de un sueño.
Hacernos asociar esos lugares tan diferentes, tan lejanos, es algo que sólo pueden conseguir los artistas dotados de este poder de evocación y de inspiración: Luis Moro nos permite recorrer junto a él su propio sueño de colores, este mosaico vivo que ahora se posa un instante sobre las paredes del Museo Goya. Apreciaremos allí toda su poesía, así como su obsesiva lentitud porque todas estas formas sugeridas tienen a la vez la consistencia de una imagen eterna y la fragilidad de un sueño pasajero. Porque aunque el sueño sólo es un sueño, es más importante que cualquier otra cosa.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España