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(...) Esta exposición andariega por las salas de Cajastur de Asturias se titula 'Recuerdos'. Son 24 piezas, algunas anteriores y otras novedosas. Ha cambiado mucho la manera de pintar a las mujeres. Basta comparar 'Hija del cielo' e 'Hija del mar' de 2010, con 'Madre e hijo', 'Confidentes', 'Gemelas', 'Pareja' y 'Vivencias', retratos del 2011. Ahora los retratos se despegan del fondo, se sitúan conscientemente frente al mundo. En 'Confidentes', afeites y coloretes marcan las mejillas, y el peinado se convierte en yelmo de combate. En 'Vivencias', la media luna subraya una mirada, adorna un cuello o flota sobre la gran ciudad. En 'Gemelas' se aprecia la preparación del lienzo, a base de texturas de papel pasado por agua, reducido a pasta maleable. El color ... se adueña de fondos, vestidos y cabellos, un color lleno de suavidades, huyendo de toda estridencia. Las modelos están vistas de frente, delimitadas por curvas de pincelada gruesa, que marcan un dibujo preciso y elegante. La armonía de dibujo y color es muy importante en la pintura de Charo Rebull. En esta serie de retratos nuevos la pintora parece seguir y recordar a niñas que ha conocido de pequeñas, fueron luego adolescentes y ahora ya son mamás. Hermoso flujo de la vida. Recuerdos que se acumulan, como en 'Cosas con sentido', esas que se guardan de adorno en vitrinas y estantes.

La pintora mira también directamente a la naturaleza. Es otra novedad. Se atreve con 'Aves', 'Caballos' y 'Cisne'. Aplica ese dibujo de curvas tranquilas y solemnes, ese color nunca del todo plano. Y el toque cubista del morro de los caballos. Primicia de caminos que la pintora recorrerá sin duda en el futuro.

También en los bodegones e interiores de la casa se aprecian planteamientos novedosos. La composición es más sencilla y rotunda, aligerando objetos y cuidando relaciones de forma y color en el espacio. Para apreciar las diferencias, podemos comparar 'Sifón' (2009) con 'Sol y luna' o 'Soporte', de 2010.

Otra camino nuevo es 'Ciudad oriental', ejercicio en altura de cubos y cilindros, geometrías que sugieren vida oculta tras las celosías, ciudad cerrada a la que se entra por túneles entre garitas de vigilancia.