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La fotografía que ignora la realidad para construir imágenes, surgió como la forma más eficaz para descubrir las zonas inexploradas de la imaginación.

Sobre este camino de la realidad a la ficción, podemos distinguir tres enfoques diferentes.

- Los que utilizan el registro fotográfico pero por sus encuadres o por una interpretación de la impresión hacen fotografías más como una obra gráfica que un testimonio exacto. Lee Friedlander por ejemplo que combina los diversos planos para deshacer la lectura o Jean Louis Vanesch que transforma los troncos de los árboles en sólidos negros.

- Los que van más allá no en la representación, sino que requieren una lectura diferente mediante la yuxtaposición de imágenes como Mark Feldstein o Jörg Czeschla ... que magnifica pequeños objetos mecánicos para hacer monumentos de las antiguas civilizaciones.

Por último, aquellos que sólo usan el papel, la química y la luz para crear formas completamente abstractas directamente viniendo de la imaginación, como Bernard Lanteri.

Estas diferencias con la realidad revelan el acto creativo. La fotografía no es un simple registro, se transforma y muestra las emociones y vibraciones que el ojo no puede percibir.