Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- El hombre, en general, no puede renunciar a su tiempo ni a su entorno y el artista, en concreto, no sólo es y debe ser un espejo de su época sino que, además, tiene la posibilidad de provocar emociones y sentimientos. Dice Kandinsky que la obra de arte requiere que exista la vibración del alma del artista porque, de lo contrario, no puede generarse ninguna obra, sino únicamente una apariencia. Las obras de Ramiro Marrodán tienen esa capacidad de provocar vibraciones y estados de ánimo que perduran más allá de la mera contemplación. Frente a ellas, comenzamos como espectadores visuales para, poco a poco, impregnarnos de una parte de la emoción que el artista ha depositado sobre el soporte, a golpe de pintura.
La Sala Santa Catalina del Ateneo de Madrid vuelve a inaugurarse después de un periodo de remodelación, con la obra del pintor Ramiro Marrodán. El espectador podrá contemplar 23 obras de técnica mixta en las que se aprecia la evolución del artista, desde sus primeros cuadros donde abunda la materia a los últimos donde la textura ha quedado reducida a lo visual, destacan las obras en las que se aprecian registros por contacto como llaves antiguas y rejería industrial.