Descripción de la Exposición Uno de los mejores regalos que nos puede hacer un artista es el de suministrarnos claves para escaparnos de aquello que en una vida nos persigue y, con sigilosa naturalidad, permitirnos soñar utilizando tan sólo nuestros ojos. No se puede quedar uno impávido al descubrir de repente un refugio, que otro nos proporciona sin siquiera conocernos, donde tienen capacidad de activarse atrofiados mecanismos empíricos, existenciales, que no tienen cabida en lo cotidiano de los días. Así pues, la ocasión de perderse en los seres imaginarios que somos por dentro y que poco conocemos, es una situación de privilegio que la obra de Canales nos concede. El trabajo de este artista sevillano, afincado en Madrid desde hace muchos años, es osado y perverso, se reviste de una maléfica materia recia, digna y solemne que nos persuade a través de la distinguida elegancia con la que se conjugan los tintes cromáticos. Parecen obras amables, mínimas, discretas, pero en realidad nos enfrentan a lo que más tememos: nosotros mismos. Tierras de sílice, polvo de mármol, resinas y pigmentos naturales, nos precipitan hacia noches oscuras que conviven con yermos desiertos, blancos, invisibles. Reveladores aparecen contornos de espejismos alienígenas, pictogramas que encierran misterios terrenales y mapas de todas las civilizaciones conocidas. Nosotros, en medio de todo, nos convertimos también en partículas, deshaciéndonos en remolinos furtivos que se agitan silenciosos, que se sosiegan apasionadamente. El blanco cobra una fuerza especial, blanco roto, casi gris, de exuberante relieve, blanca la salvaje salitre incrustada y blancas las huellas fosilizadas de antiguos sedimentos marinos. La ausencia de desesperación en los trabajos de Canales facilita una pasión honesta y comprometida. Sus mezclas artesanas adquieren olor y formas reales, se materializan más allá de la silueta abstracta para dirigirnos a través de nuestras locas ensoñaciones, una evocación tras otra nos arrastra por largos silencios de sonidos vacíos, sugerencias de mundos huérfanos en el espacio pero ungidos en la historia de todos los tiempos. Gasas y tules parchean lo que vemos, fluidos orgánicos y tierras sangrantes, como pieles castigadas. La infinita variedad de texturas ejercita el mecanismo de creación de formas y donde antes había un festival de colores vaticinando lujuria, ahora se hacen visibles inquebrantables quejidos en forma de hendiduras. El objeto no tiene cabida en el mundo de este artista, no se extraña, no se entendería en él, quizás sea esta la forma más pura y directa de transformar lo mundano en espiritual, quizás sea verdad, como pronosticó Auguste Herbin que la idea de objeto sería abandonada, pero la idea de volumen, la idea de luz y la idea de color, siempre se mantendrían en la obra plástica. En la de Rafael Canales, al menos, están más vivas que nunca.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España