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Conocí a Rafael Albert hace ya muchos años, en nuestros tiempos jóvenes, cuando íbamos a la Albufera de Valencia a hacer piragüismo.

Nunca he olvidado aquellas puestas de sol sobre el agua, aquellos maravillosos colores que nos envolvían hasta ir, poco a poco, convirtiéndose en sombras con la caída de la noche.

Sin duda, Rafa, tú tampoco has olvidado esa maravillosa explosión de color, esa vitalidad que ... imprimes a tus cuadros, saturados de todos los colores... están los rojos, azules, violeta, están sobre todos los verdes, verdes de pinos, de juncos, de hierba fresca.

Sigue por este camino Rafa, devuélvenos con tus cuadros algo de la infancia, algo de la primavera.