Descripción de la Exposición
La muestra Quiebramales es una conmemoración de los veinte años de concepción de David Quiebramales, proyecto que reflexionaba sobre la biopolítica que atraviesa los cuerpos, las estructuras que construyen (y destruyen) una sociedad, y planteaba la educación como camino para alcanzar la justicia social.
En el año 2004, el artista colombiano Miguel Ángel Rojas registró fotográficamente en un restaurante popular, al borde de la carretera, varias columnas que usaron como molde las ondulaciones de las tejas metálicas y resultaban en una estructura de inspiración clásica. Las proporciones eran imprecisas, y la fabricación rudimentaria; una expresión incompleta de un momento histórico de la arquitectura occidental. Esta construcción imperfecta, para el artista, simbolizaba una lectura vernácula por las capas populares de la sociedad colombiana. Esto lo llevó a pensar en cuál sería el ejemplo académico más culto de la arquitectura del país, y fue así como hizo una sesión de fotografía en el Capitolio Nacional, ejemplo mayor de las raíces clásicas y neoclásicas de la arquitectura institucional. Ambas columnas, una junto a la otra, eran la evidencia de dos niveles culturales de la sociedad colombiana mediados por la dificultad o la oportunidad de acceder al conocimiento. La fotografía Izquierda-Derecha (2006), retoma su encuentro con la columna popular y la columna neoclásica invertida. Aquí, ambas enmarcan las piernas sumergidas de un joven soldado, para hablar sobre cómo los soportes de la sociedad y las instituciones, inciden sobre sostén físico del cuerpo popular.
El taller de Rojas quedaba muy cerca al Hospital Militar de Bogotá, un lugar que durante las décadas de los ochenta y principios de los noventa, recibió cientos de soldados heridos y mutilados a causa de minas antipersonal y remanentes explosivos de guerra. En las estrategias militares, la incorporación de estos artefactos en caminos y zonas rurales, pensados para mutilar e incapacitar, evitaba el avance del enemigo y “minaba” su capacidad táctica. A través de Caquetá (2007), video y prótesis ortopédicas, el artista nos muestra un joven soldado que limpia el camuflaje de su rostro con lo que queda de sus antebrazos, presentándonos una escena sobrecogedora. En un conflicto armado que durante seis décadas condicionó la vida de personas sin posibilidades de futuro, la destrucción del tejido social fue inconmensurable y la mutilación se convirtió en su imagen.
Rojas crea una serie de obras que se convertirían en una de las reflexiones más acertadas y relevantes que desde el arte han abordado el origen y los efectos de la violencia. Como si se tratase de una revelación, Rojas encuentra la juventud erosionada en la apariencia del joven soldado José Antonio Ramos, a quien una mina mutiló su pierna. Le pide entonces que pose desnudo en el contrapposto que caracteriza las esculturas renacentistas y teniendo como referencia el David de Miguel Ángel Buonarotti. El resultado fue la creación de un David contemporáneo, vencido, con un cuerpo incompleto que contenía en su representación, el costo físico y simbólico de la guerra.
La apropiación fue deliberada y la potencia de unir dos tiempos en el presente, indiscutible. Pero esta imagen que regresa deformada, que es fascinante y terrible a la vez, habla de algo más importante y del cuestionamiento inicial que dio lugar a Los Estudios del David (2004) y a Primaria (2004-2024), en donde la fotografía se mezcla con los remanentes de una mina antipersonal: la desigualdad social y la falta de educación son la génesis del mal.
La obra se completa con Quiebramales (2004-2024). Una palabra de doce letras hecha con lápices de grafito, cuya ubicación nos hace pensar de nuevo en las minas (en Colombia se les conoce de forma perversa como “quiebrapatas”), pero cuyo fin no es el aniquilamiento de la voluntad, sino la regeneración del pensamiento. Lee y multiplica (2013-2019), dos cuadernos de matemáticas y escritura forrados con mambe y laminilla de plata sobre una mesa, hacen énfasis en la importancia de la educación sobre las armas. Para los combatientes, la decisión de unirse a grupos armados es mediada por aspectos como su condición permanente de vulnerabilidad, las dificultades para el desarrollo de su identidad, la victimización que causa el conflicto armado, el no reconocimiento como grupo social y la imposibilidad de acceder a condiciones básicas y a un sistema educativo que les permita romper con las cadenas de pobreza.
Miguel Ángel Rojas enfrenta violencia y educación como opuestos de un mismo sistema, que hace de sus herramientas, mecanismos conscientes de control, y nos llama a romper las estructuras que perpetúan la inequidad y reproducen los patrones que nos han llevado por un camino siniestro.
Exposición. 13 dic de 2024 - 04 may de 2025 / CAAC - Centro Andaluz de Arte Contemporáneo / Sevilla, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España