Mi admiración por el cine de Woody Allen nace -en buena medida- por la indagación que hace de las circunstancias existenciales del hombre medio en nuestra sociedad post contemporánea. Ello me ha llevado a plasmar una serie de obras inspiradas en parte de su filmografía, las que, a su vez, resultan un homenaje a su labor de 'buceo' en el alma atribulada del hombre y la mujer que habitan los grandes conglomerados urbanos - New York, San Pablo, Paris, Buenos Aires, Roma, etc.

Sus realizaciones cinematográficas resultan una 'buena pintura' de nuestras sociedades modernas, en las cuales los personajes están sumergidos en sus obsesiones y en sus inestabilidades emocionales, productos de los factores políticos, sociales, culturales, económicos y existenciales.

Como parte de su público me siento interpretado por su aguda mirada y reflejado ... en algunos de sus variados y reconocibles personajes. Entre ellos el del propio Woody que también es un personaje de su cine. Sus tribulaciones y disquisiciones sobre la vida, la muerte, el amor, el sexo, el arte, la pareja, la amistad, el trabajo, el sentido de la existencia y tantos otros temas desfilan por su extensa obra expuestas con un humor ácido y lacerante pero no menos real y honesto.

Creo, además, que Woody es un gran escritor, y sus personajes torturados, inseguros y sin perspectivas claras de vida serian casi intolerables, sino fuera por el humor profundo, humano e inteligente con que los presenta. El drama que transmite lo cubre con un manto de comedia tragicómica, única forma de poder ingerir esta píldora amarga que nos pone en frente de nuestro propio espejo y que, parece decirnos parafraseando al Picasso del Guernica, 'yo no lo hice, lo hicieron ustedes'.

Podría decir muchas más cosas de Woody pero prefiero, en todo caso, que hablen de él y de su cine que admiro mis obras que son, simplemente, un tributo y un reconocimiento a un artista lucido del tiempo y la sociedad que me toca vivir.