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Con su obra fotográfica, Albano Afonso se ha cuestionado tanto la conformación del imaginario colectivo contemporáneo a partir de las pinturas y retratos de los siglos XVI al XIX, como la forma en que las imágenes son percibidas. Su interés se dirige hacia los procesos que hacen que la imagen exista. Para Albano la percepción no es una sensación, al igual que el ojo no es inocente sino un producto cultural. El resultado final de sus obras es la desmitificación de la imagen al convertirse en el resultado de una imagen.

En esta nueva serie de obras que conforman ¿Qué hora es en el ... Paraíso?, Albano Afonso realiza de nuevo una exhaustiva investigación sobre la luz y el movimiento, hechos muy estudiados a lo largo de la historia del arte. El artista convierte al fotógrafo y su cámara en los verdaderos protagonistas de la obra a través de, por ejemplo, el reflejo en un espejo. La luz, parte central del trabajo, puede aparecer en sus fotografías como reflejos intencionados: flashes de cámaras fotográficas lanzados a un espejo -semejante a los destellos fugitivos de una estrella- y capturados en algún punto de su estudio. Otras veces, la luz es proyectada directamente sobre objetos de vidrio o sobre diminutos espejos, creando un juego de sombras y movimientos. También en esta nueva serie utiliza proyecciones de imágenes, sobre las que antepone huesos de personas. Esqueletos deshechos con su calavera a modo de “vanitas”, como en la pieza de la serie “Naturaleza Muerta”, en la que el esqueleto, desmontado, se presenta en una caja de cristal iluminada en una habitación completamente a oscuras.