Descripción de la Exposición
¿Puede esta luz, devolvernos todo un mundo? […]
Rainer Maria Rilke
Estos versos siempre me parecieron que correspondían a lo que decía Jun, unos años antes de su fallecimiento, de sus imágenes las cuales muchas veces las presentaba con una breve frase que evocaba una sensación o una emoción: “Brisa marina de primavera”, “Después de la tormenta”, “Forastero”, “Esas imágenes que he visto, resentidas y pensadas”…
Jun Shiraoka reivindicaba el carácter físico de sus emociones que le llevaban a tomar fotografías. Podían ser casi secretas, hasta preguntarse el por qué en ese instante miraba a través de su cámara y disparaba.
A veces, las imágenes latentes las guardaba un tiempo sin revelar. Más tarde venía el tiempo de la oscuridad del laboratorio y recuperaba intactas las sensaciones. Jun decidía a través de su ampliadora y partiendo siempre de un negativo perfectamente expuesto, dar mucha luz para las imágenes negras y muy poca para las blancas. En un difícil y complicado cálculo.
“El mundo”, el de Jun, nos era devuelto.
Henry Bellan-Huchery
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Jun Shiraoka: Regreso a la ocultación
¡Tener un universo propio es lo mínimo para el artista! Que tal universo se ofrezca al espectador a la luz de los empeños realizados, no facilita la percepción de la obra. Tal vez es la la razón por la que el trabajo de Jun Shiraoka persiste en mantenerse en la confidencialidad. Si nos acercamos a sus imágenes con una mirada distraída, corremos el riesgo de no captar nada. Pero si se deja arrastrar por la presencia de formas y contornos, el observador perseverante se irá apropiando poco a poco de una imagen que parecía escapársele, para inmediatamente pasar a formar parte del universo del fotógrafo. Un poco como en la penumbra de un pasillo sin ventanas, hay que esperar que las pupilas se dilaten antes de distinguir las paredes o poder avanzar. Bastante sencilla en su concepción, la fotografía de Jun Shiraoka es simple en su diseño, pero con la especifidad de un muy elaborado trabajo de laboratorio, con una deliberada utilización de todo lo que lo argéntico permite a la impresión, y aquí es requerido. Desde el blanco más puro hasta el negro absoluto. Si casi siempre parece prevalecer la oscuridad de la imagen, también puede mostrar un trasparente camafeo de tonos blancos. Mi amigo el pintor español Carlos Pradal, solía decir que “el negro es triste pero es hermoso. El blanco es hermoso pero triste”. Resumía así el dilema del pintor, atrapado entre estos dos colores. Es lo mismo que le sucede al fotógrafo que opta por no entregarse al infinito de los grises. Justamente entre ambos extremos es donde Jun Shiraoka construye una obra al mismo tiempo densa y poética, desarrollando así un cierto espesor táctil y una interpretación personal de lo real en su representación fotográfica. Al optar por esta elección su original trabajo se cimenta cual una interrogación sin respuesta, como un rechazo al mundo real, como una búsqueda en sus negras tempestades, las postreras huellas que dan sentido antes de regresar ala ocultación. Esta exposición nos invita a compartir un trabajo poco conocido, porque es difícil, íntimo y también exigente. Prisioneros que nos sentimos entre el blanco de los orígenes y de una sombra siempre portadora del recogimiento necesario para solventar la eterna pregunta sobre nuestra propia identidad y su relación con lo real en el mundo que nos circunda.
Michel Dieuzaide
Exposición. 17 nov de 2024 - 18 ene de 2025 / The Ryder - Madrid / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España