Los trabajos de esta serie de acuarelas, iniciada en 2014, se inspiran en las visitas de mariquitas que el artista a menudo recibía en su nuevo taller y rápidamente pasaron a formar parte de su cotidiano de trabajo. Las mariquitas aparecían casi diariamente y caminaban por todo el pequeño jardín, en los fondos de su taller. Pero un día desaparecieron por un tratamiento que se hizo para las plantas. Mauro, entonces, empezó a pintar la presencia de las mariquitas, a partir de fotografías que sacaba de ellas en las plantas del jardín y, más tarde, pasó a esculpir y pintar mariquitas, ya esparcir esas pequeñas esculturas por el espacio.
Se trata de una serie de trabajos muy personal e intimista del artista. "Pensé mucho sobre la relación que establecía con las mariquitas, y que como ellas actuaban casi como agentes catalizadores de buenas energías. Me di cuenta de que no me...traían suerte o felicidad, pero me recordaban que tenía el poder de hacerme sentir bien, de despertar buenos sentimientos que tenemos dentro de la gente ", dice Mauro.
Mauro Piva cuenta que "además de un rescate de momentos, historias y emociones, esta serie se ha convertido también en una catalogación de las plantas que tengo / he tenido en mi ambiente de trabajo. Así como los trabajos de mis pruebas de color y registros de colores en papeles higiénicos, esta serie es una mirada a mi cotidiano de trabajo, para mis procesos, para mí mismo.
Entrada actualizada el el 01 sep de 2017
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