"Dos, tres colores, las más de las veces no matizados, sino dejados en la fuerza de su vibración; mucho blanco; también negro; ejes ortogonales ligeramente desviados, a veces alguna diagonal se señala apenas. Texturas gruesas, fuertes. Con esos pocos elementos básicos Fernando García Ponce es capaz de levantar una obra sugerente e importante. La combinación de esas pocas, simples cosas, hecha fatigosa y tenazmente, se resuelve en un mundo pictórico personal, sostenido y rico.
"Cada uno de sus cuadros, digo, es individual más allá de la parquedad de sus elementos y de la limitada posibilidad de combinación de éstos. Porque sin duda para García Pon- ce la pintura es expresión y emoción. Pero lejos de dejarse discurrir libremente por la no-estructura a la manera informal, comprime su emoción en los marcos estrechos que él mismo se ha marcado; se cuela por los pocos intersticios posibles, se hace presente a través de...arbitrios re nados y sutiles; el ensuciar intencionalmente un color, el uso apasionado de las texturas (sean pegotes, sea la pastosidad del color, los es- currimientos o invasiones de una pasta sobre otra) y quizá el más ricamente explotado –el espléndido uso de los blancos.
"Se da así en la pintura de García Ponce una especie de contradicción: sencillez de las estructuras básicas susten- tantes y la vibración namente matizada del contenido emo- tivo. Pero esto no se resuelve en tensión –es más bien una respiración sosegada y un pulso tranquilo lo que percibimos en sus cuadros– sino en un equilibrio pausado, en el que la simplicidad de la forma se enriquece en otra dimensión. De donde el cuadro de Fernando García Ponce es siempre uno, el mismo, siempre muy bien resuelto, y es al mismo tiempo diferente siempre, indefinido e indefinible en un continuo irse de nuestras manos y nuestros ojos."
Entrada actualizada el el 23 ene de 2018
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