En el contexto laboral de la fábrica metalúrgica, elementos como la plancha de acero, el papel plastificado mallado o la lija de zirconio constituyen un paisaje que molesta ver, que duele tocar. Son materiales duros, cortantes, abrasivos, basados únicamente en el rendimiento y la productividad. A partir de su experiencia personal en este sector, Roberto Urbano realiza un ejercicio de redención con materiales industriales ya desgastados adaptándolos a diversos proyectos de naturaleza escultórica. Con el desplazamiento de la fábrica a la sala de exposición, la mirada reflexiva que ofrecen estas _Prefiguraciones_ explora la memoria de esos materiales dañados para articular relatos que van de lo físico a lo simbólico, y viceversa.