Descripción de la Exposición
Porte Fermée se enmarca en un fenómeno transversal del arte contemporáneo asociado a los cambios de la imagen y de las categorías de ésta a partir de lo digital. Las imágenes de Arthur Couilles proponen una reflexión en torno a la sociedad contemporánea, a partir de la puesta en crisis de los relatos tradicionales en torno a la familia, la escuela, la moral y las relaciones sociales en general. De ahí el título de la exposición, Esto lo ha llevado a poner en cuestión dicho tipo de imágenes en el ámbito artístico a través del retoque, que en algunos casos parece exagerado, pero que logra provocar una sensación de confusión entre lo real y lo ficticio en su obra. Parece fundamental destacar que, en sus obras, se reflexione sobre la caída de estos relatos asociados a la sociedad tradicional a través de la imagen digital, que a nivel de producción artística supone una puesta en crisis de los soportes tradicionales. Pero además, en su obra se hace latente la difuminación de los límites entre las categorías de la imagen en concordancia con lo manipulable que resulta lo digital, donde se ha vuelto común el tránsito entre disciplinas: hay algo ciertamente pictórico en la foto retocada, y también un elemento fuertemente fotográfico. Así, el trabajo de Couilles se enmarca en el problema de la imagen digital, más que en la fotografía en sí misma, lo que nos permite leerla desde el problema de lo neomedial.
El arte comprometido de Couilles deja de utilizar el discurso como contenido y comienza a reconocer el potencial de su propia presencia visual: la obra es la imagen por sí misma, y su campo de acción (política) se expande en la medida en que abandona su cuerpo material. La obsesión por la realidad de la fotografía ya no pasa por la denuncia y visibilización de marginalidades, sino que se traslada a situar a la fotografía como una práctica quirúrgica del tejido social. Su obra es la imagen de una existencia periférica, marginal y desganada, pero que sin embargo persiste. El ensayo aquí opera como el formato que devela esta realidad pero sin estereotiparla. Incluso con las fotografías frente a mí, llegué a pensar en la presencia “tan poco presente” del fotógrafo. Ángulos y perspectivas que lo sacan incluso del cuadro que construye nuestra mente. Es la suya una fotografía opaca, densa y nebulosa, pero muy transparente a la vez. Atrás quedó el “instante decisivo”. Esta ensayística medidora de una micro-realidad en Couilles, marcada por un desvelamiento plano e introspectivo, tiene antecedentes bastante próximos y sintomáticos. ¿Espíritu de época? ¿Estereotipo? Como sea, lo cierto es que parece ser una tendencia que se marca al paso de determinados intentos, algunos más fallidos que otros. De la extrañeza de la abyección se pasa rápidamente a la familiaridad de aquellas búsquedas que tomaron posición explotando los extramuros de la sociedad. ¿No es posible que sea siempre el mismo cuestionamiento personal que recorre a toda obra? Aquí, la obsesión de realidad traspasó los límites de cierto narcisismo en una propuesta autoral (que es siempre inevitablemente narcisista). No habría más realidad que la suya propia para tomar posición; el doble yoísmo de la que se vive detrás del lente y frente a él. Si la fotografía puede hacer algo no es cambiar la realidad sino trabajar dentro de ella, develándola y expandiendo los horizontes discursivos que le dan sustento. Desde ahí, la realidad debe mirarse a sí misma; es ella misma la que debe auto-intervenirse. La obsesión causó la confusión. Basta con el arte solucionador de problemas.
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España